miércoles, 29 de diciembre de 2010

Leon Krier responde a Guatemala. Octava pregunta

P: ¿Por qué formamos ciudades? ¿Qué efecto debería tener en el gobierno de las ciudades la razón por la que las formamos? 

LK: Las ciudades son formadas por y para los individuos auto-sirvientes, las familias y las sociedades. Las comunidades urbanas son por lo tanto primordialmente cuerpos que ayudan a perseguir los intereses propios eficientemente. Es una herramienta para dominar la violencia generada por rivalidades en competencia. La buena arquitectura y el espacio público son los complementos necesarios para los buenos modales y el buen comportamiento. En ves de exacerbar la violencia, promueven la paz social y hacen que la buena vida con los demás sea posible, deseable y hasta irrenunciable.

martes, 28 de diciembre de 2010

Leon Krier responde a Guatemala. Séptima pregunta.

P: ¿Puede hacerse realidad la ciudad policéntrica por el sector privado solamente? ¿Hasta qué grado se necesita la intervención gubernamental para hacer realidad un objetivo de tan grande alcance? 

LK: De hecho la industria de la construcción está tan altamente especializada que si se le dea actuar por sí sola va a reproducir solamente vastas expansiones de los mimos productos en masa clonados, piezas de consumo, distritos completos desechables. La economía, la tecnología de la construcción, y no por último la zonificación urbana mono-funcional, resultan todas en los mismos suburbios universales explotados y segregados. Incluso sin los decretos de zonificación, la economía de la construcción va a producir el mismo modelo en todos lados, EL MISMO CRECIMIENTO URBANO HORIZONTAL O VERTICAL MONOTEMÁTICO, LA NO-CIUDAD DE LAS NO-COMUNIDADES. Las autoridades públicas de planeamiento también promueven este modelo generalmente. 

Las ciudades y comunidades urbanas auténticas no son el resultado inevitable de la industria de la construcción y la economía, esto lo sabemos ahora. Ya no es justificable tener la esperanza de que todo saldrá bien al final. Así que, sin ninguna posible duda, las instituciones públicas de planeamiento deben jugar un papel en la coordinación de las actividades nacionales de construcción, de manera que surjan verdaderas ciudades con los materiales, las formas y la densidad correctos y en todas las localidades. Es una tarea enorme. No es cuestión de construir una economía planificada. Sabemos que el socialismo no funciona. Sin embargo, las grandes ciudades siempre han surgido de planos y códigos muy rudimentarios. Necesitamos utilizar esos instrumentos nuevamente. Hasta ahora han sido ignorados o descartados.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Leon Krier responde a Guatemala. Sexta pregunta.

P: Como urbanistas o arquitectos entendemos que los edificios por sí solos no hacen una ciudad, ¿qué iniciativas podemos tratar de implementar para revivir nuestros centros urbanos? 

LK: Las palabras solas no hacen un texto. El significado surge de las posiciones que ocupan las palabras en relación una con la otra. Los reglamentos de zonificación modernos (mono-funcionales) convierten la ciudad en un diccionario, en áreas separadas de almacenaje para edificios del mismo uso y tipo y escala. Organizan la ciudad en distritos de funciones especializadas en vez de construir un texto comúnmente entendible. Como todas las sociedades urbanas antes de nosotros, tenemos todavía edificios privados y públicos, edificios para asambleas y para aislamiento, para trabajo y entretenimiento, para plegaria y distracción, para ruido y silencio, para comprar y vender, para descanso y ejercicio, para curar y matar, para la vida y la muerte. Sin embargo, en vez de servir al usuario y productor individuales, la forma de la ciudad es dictada hoy en día primordialmente por los objetivos de la sociedad en masa, la política en masa, el transporte en masa, la producción en masa, la venta en masa, el turismo en masa, el consumismo en masa, la administración en masa, la inversión en masa, el entretenimiento en masa, la educación en masa. La ciudad tradicional en cambio es construida en base a la promoción de iniciativas individuales, siendo así de una escala modesta o más ambiciosa. Es la variedad dimensional y funcional de los lotes de vecindad, produciendo buen espacio urbano, lo que nos permite que las rivalidades sociales se canalicen a formas de comunidad civilizadas y civilizadoras. Esa es la meta más importante y el papel más sobresaliente del URBANISMO TRADICIONAL.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Bartolomé Esteban Murillo. Virgen de la Servilleta, 1666.


Desde Reflexiones sobre un clasicismo contemporáneo queremos desear a todos nuestros lectores una

¡Feliz Navidad y un próspero año 2011!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Leon Krier responde a Guatemala. Quinta pregunta.

P: ¿Cómo van a encajar nuevas tecnologías y descubrimientos con la forma de la ciudad tradicional? ¿No quieren los seres humanos objetos y tecnologías nuevas para progresar? 

LK: La pregunta es, ¿hacia dónde quiere progresar la humanidad? El progreso por sí mismo no es una meta. Si usted no tiene una meta sino sólo una mera esperanza de que la progresión lo va a llevar a un mundo mejor, entonces usted estará muy ciertamente andando en círculos. Los seres humanos literalmente se han emborrachado con los combustibles fósiles. Están borrachos y sin mayor meta que una esperanza ciega de que las cosas van a mejorar generalmente y para todos. Hoy en día es patentemente evidente que la disponibilidad generalizada de combustibles fósiles ha cambiado la misma naturaleza de la construcción y el asentamiento. Los materiales de construcción sintéticos, que son su producto, llevan métodos de construcción, ensamblaje, acoplado y técnicas de envoltura que no sólo están reemplazando en todo lugar a los métodos tradicionales y materiales de construcción naturales, sino que además están siendo considerados colectivamente como inevitables y superiores. Los deseos colectivos ya no están orientados hacia lo auténtico sino hacia lo sintético, lo manipulado, lo falso y lo de marca. Las identidades individuales están siendo remodeladas por identidades en masa. La tecnología y los materiales tradicionales son entonces considerados como obsoletos e inferiores. A pesar de que esta mitología modernista es constantemente minada por la experiencia práctica, este sistema de creencia está sobreviviendo a pesar de una seria falta de apoyo ideológico o experiencia práctica. Se ha convertido en una segunda naturaleza para nuestras sociedades. Nuestra construcción impulsada por los combustibles fósiles y técnicas de asentamiento nos permiten descartar temporalmente las condiciones locales de la naturaleza, la geografía, el clima, el suelo y finalmente de una experiencia ambiental y cultura material milenarias. La esperanza de que la construcción y el asentamiento ecológicos van a ser necesariamente de alta tecnología es una parte esencia de este sistema de creencia basado en los combustibles fósiles. 

Sin embargo, estoy seguro que la arquitectura sostenible y la tecnología del futuro a largo plazo, no van a ser de una naturaleza de alta tecnología. Los métodos y técnicas de alta tecnología van a sobrevivir predeciblemente en los centros de poder imperial, van a ser monopolizados por una pequeña clase autoritaria dominante. Lo que ha pasado en Rusia tras el colapso del sistema soviético va a pasar probablemente en nuestras propias sociedades occidentales... a menos que ya nos preparemos ahora contra tales adquisiciones.