Traducción: Pablo Álvarez Funes
El Templo de Salomón fue destruido por los Babilonios en 588 a. C.y unos cincuenta años después Darío, Rey de Persia, construye su palacio en Persépolis (521 A. C.). Hoy día podemos ver en Persépolis columnas estriadas con éntasis mostrando un nivel de detalle anterior a los griegos. También hay basas y capiteles curiosamente similares a los cuernos de carnero y celosías de Salomón. Darío era hijo o nieto de Ciro, quien sentía tanta veneración hacia el Templo de Salomón que permitió a los judíos cautivos su retorno a Jerusalén para reconstruirlo.
Columnas de Persépolis, Irán, s. VI - V a. C.
En esas fechas, mientras se construía tan sofisticado clasicismo en Persépolis, los griegos sólo conocían una primitiva versión del dórico, como se puede ver en los templos del siglo VI A. C. en Paestum. No hay ningún enriquecimiento de las molduras, pero curiosamente el Templo más antiguo tiene una fachada de cinco columnas como la entrada del Tabernáculo de Moisés. La conquista de Persia por parte de Alejandro Magno en 332 a. C. tuvo obviamente un gran efecto en la arquitectura griega y las ideas de Persépolis pronto llegaron a Atenas.
Columnas Dóricas arcaicas en el Templo de Hera en Olimpia. H. 590 a. C.
Reconstrucción del Templo de Apolo en Thermos. S. VII a. C.
Está universalmente aceptado, y de hecho refrendado por los escritos de Vitruvio, que los romanos adquirieron sus conocimientos de arquitectura de los griegos. En esas fechas, mil quinientos años después de la construcción del Tabernáculo en el desierto y tras varios saqueos de Jerusalén, que redujeron al una vez próspero e influyente pueblo judío a una minoría perseguida, todo rastro de los orígenes verdaderos de los órdenes se habría perdido y Vitruvio tendría libertad para formular una teoría adecuada para él y sus superiores.
Vitruvio era un ingeniero militar a las órdenes de Julio César en la Guerra Africana (46 a. C.) e inspector de maquinaria militar durante el reinado de Augusto, a quien dedicó su libro De Architectura (completado entre 16-13 a. C.). No es complicado argumentar que como buen romano se vio obligado a dar autoridad a una base religiosa tras la arquitectura imperial. Su introducción es reveladora:
Cuando tu voluntad y tu inteligencia divinas, César Emperador, te hicieron dueño del imperio de todo el mundo, Roma entera estaba exultante por tu poder invencible, pues quedaron deshechos todos los enemigos con tu triunfo y tu victoria; y cuando todas las razas de pueblos sometidas examinaban atentamente cualquier deseo de tu voluntad, tu sensata reflexión y tu prudencia dirigían los destinos del pueblo romano y del Senado, libres ya de todo temor. Por ello, yo no me atrevía a publicar mi trabajo de Arquitectura, desarrollado tras largas reflexiones, porque estabas muy ocupado y temía que al interrumpirte inoportunamente ocasionara tu repulsa y aversión.
Vitruvio Polión, Marco. Los Diez Libros de Arquitectura. Prólogo.
En el Libro IV, Capítulo I, Vitruvio da una descripción del origen de los Órdenes Dórico, Jónico y Corintio. No se explican las razones para las medidas de cada Orden, excepto para el capitel Corintio, descrito elegantemente como sigue:
Una muchacha de Corinto, ya de cierta edad para contraer matrimonio, falleció a causa de una enfermedad. Después de sus exequias, su nodriza recogió unas copas que le gustaban mucho a la muchacha cuando vivía y las puso todas juntas en un canastillo de mimbre, que llevó a su sepulcro; las colocó encima y con el fin de que se mantuvieran en buen estado durante mucho tiempo, las cubrió con unas tejas. Casualmente colocó el canastillo sobre la raíz de un acanto. Con el tiempo, las raíces del acanto, oprimidas por el peso, esparcieron en derredor sus hojas y sus pequeños tallos, al llegar la primavera; sus tallos crecían en torno al canastillo y por los lados salían al exterior bajo el peso de las tejas, lo que obligó a que fueran formando unas curvaturas o volutas en sus extremos. Calímaco, llamado catatechnos por los atenienses, gracias a la exquisitez y primor de sus tallas de arte marmóreas, al pasar delante de este sepulcro observó el canastillo y la delicadeza de las hojas que crecían a su alrededor. Quedó gratamente sorprendido por esta original forma de las hojas y levantó unas columnas en Corinto, imitando este modelo; fijó sus proporciones y dividió las medidas del Orden Corintio.
Origen del Orden Corintio según Vitruvio. Grabado de la edición española de 1756 del Compendio de los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio, escrito en francés por Claudio Perrault y traducidos al castellano por Joseh de Castañeda.
Es poco probable que Vitruvio estuviera imparcialmente interesado en conocer el origen de los Órdenes; era un hombre parcial. Es posible que conociera la existencia de otras teorías sobre el origen del estilo del Imperio en el Libro Sagrado de la detestable e insubordinada nación Judía. Es probable que conociera la reconstrucción del Templo de Salomón por el Rey Herodes en la época en la que escribió su tratado, y tal vez lo visitara durante sus expediciones militares. Al leer la descripción contemporánea de Flavio Josefo sobre el tamaño, escala, materiales y belleza del Templo de Jerusalén, resulta extraño que Vitruvio haya omitido la referencia a ese edificio, a los Judíos o su historia, sobre todo cuando dice tanto de las naciones que los rodeaban.
Hoy día tenemos ejemplos de regímenes poderosos con fuerte base ideológica que pretenden rescribir los libros de historia, y podría ser que Vitruvio intentara hacer pensar a la gente que el estilo del Imperio se referencia en la religión imperial. De esa forma denominó a los tres Órdenes según las regiones griegas de Doria, Jonia y Corinto. No sólo lo pretendió, sino que tuvo éxito. Su libro es prácticamente el único escrito de arquitectura conservado de la Antigüedad y fue los italianos lo hicieron suyo desde el Renacimiento.
Los Órdenes han sobrevivido a todos los imperios. Se han restaurado tras periodos de oscuridad. Serán restaurados cuando termine este periodo de oscuridad. Toda verdad mostrada por Dios supera las circunstancias más adversas y se predica a través de una minoría insignificante.
¿Quién podría pensar que una docena de pescadores liderados por un pobre carpintero, establecerían una Iglesia Universal contra la que no ha podido prevalecer ningún poder terrenal?
De igual forma, ¿quién podría imaginar que un oscuro pastor al mando de un grupo de exiliados en los desiertos de Arabia podría concebir unos princpios arquitectónicos perfectos que sobrevivieran al tiempo, las modas y vanidades humanas?
Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte (…) Para que ningún mortal se vanaglorie en la presencia de Dios.
(Corintios I, capítulo 1, versículos 27 y 29)
A Dios, el único sabio, sea la gloria por los siglos de los siglos a través de Jesucristo, Amén. (Romanos, capítulo 16, versículo 27)
El origen de los Órdenes ganó las 5000 libras del Premio Europeo de la Fundación Philippe Rotthier en 1982. Publicado originalmente en Archives d’Architecture Moderne Nº 26, y en Arhcitectural Review, Febrero de 1983.