miércoles, 15 de diciembre de 2010

Leon Krier responde a Guatemala. Quinta pregunta.

P: ¿Cómo van a encajar nuevas tecnologías y descubrimientos con la forma de la ciudad tradicional? ¿No quieren los seres humanos objetos y tecnologías nuevas para progresar? 

LK: La pregunta es, ¿hacia dónde quiere progresar la humanidad? El progreso por sí mismo no es una meta. Si usted no tiene una meta sino sólo una mera esperanza de que la progresión lo va a llevar a un mundo mejor, entonces usted estará muy ciertamente andando en círculos. Los seres humanos literalmente se han emborrachado con los combustibles fósiles. Están borrachos y sin mayor meta que una esperanza ciega de que las cosas van a mejorar generalmente y para todos. Hoy en día es patentemente evidente que la disponibilidad generalizada de combustibles fósiles ha cambiado la misma naturaleza de la construcción y el asentamiento. Los materiales de construcción sintéticos, que son su producto, llevan métodos de construcción, ensamblaje, acoplado y técnicas de envoltura que no sólo están reemplazando en todo lugar a los métodos tradicionales y materiales de construcción naturales, sino que además están siendo considerados colectivamente como inevitables y superiores. Los deseos colectivos ya no están orientados hacia lo auténtico sino hacia lo sintético, lo manipulado, lo falso y lo de marca. Las identidades individuales están siendo remodeladas por identidades en masa. La tecnología y los materiales tradicionales son entonces considerados como obsoletos e inferiores. A pesar de que esta mitología modernista es constantemente minada por la experiencia práctica, este sistema de creencia está sobreviviendo a pesar de una seria falta de apoyo ideológico o experiencia práctica. Se ha convertido en una segunda naturaleza para nuestras sociedades. Nuestra construcción impulsada por los combustibles fósiles y técnicas de asentamiento nos permiten descartar temporalmente las condiciones locales de la naturaleza, la geografía, el clima, el suelo y finalmente de una experiencia ambiental y cultura material milenarias. La esperanza de que la construcción y el asentamiento ecológicos van a ser necesariamente de alta tecnología es una parte esencia de este sistema de creencia basado en los combustibles fósiles. 

Sin embargo, estoy seguro que la arquitectura sostenible y la tecnología del futuro a largo plazo, no van a ser de una naturaleza de alta tecnología. Los métodos y técnicas de alta tecnología van a sobrevivir predeciblemente en los centros de poder imperial, van a ser monopolizados por una pequeña clase autoritaria dominante. Lo que ha pasado en Rusia tras el colapso del sistema soviético va a pasar probablemente en nuestras propias sociedades occidentales... a menos que ya nos preparemos ahora contra tales adquisiciones.  

4 comentarios:

  1. Ese cambio de mentalidad habrá de producirse, voluntaria o forzosamente, a medida que los combustibles fósiles se vayan agotando. Se están poniendo muchos esfuerzos en encontrar fuentes alternativas de energía, pero todo hace pensar que esta escalada de actividad que llevamos viviendo desde hace 150 años no nos lleva a ningún sitio.
    Algunos ya hemos empezado a cambiar el coche por la biclicleta para trayectos cotidianos. Espero el cambio análogo en la construcción no tarde mucho.

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  2. QUE gran labor has hecho en tu blog me gusto mucho ,felicidaes!!
    y esperemos que se logren grandes cosas pronto que todos despertemos y hagamos algo!!
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  3. Sol, muchas gracias por su comentario. Leon Krier puede convertirse en el abanderado de una vuelta a la cordura y contención arquitectónica.

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  4. Juanan, como bien indicas el problema no es encontrar fuentes de energía alternativas que nos permitan mantener el despilfarro de recursos que tenemos ahora. Lo que se debe reducir es el despilfarro y esa alocada escala de progreso que únicamente nos lleva a la autodestrucción.

    La analogía con la bicicleta es muy acertada. La construcción apenas ha avanzado en los últimos años y cuando lo ha hecho ha sido a costa de una dependencia tecnológica brutal con un impacto ambiental considerable.

    El problema es que los cambios llegarán tarde y serán bruscos: no volveremos al ladrillo y la piedra, sino que con suerte tendremos que conformarnos con la cabaña primigenia.

    Un saludo.

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