¿Podemos definir que la estética que se le brinda por parte de los arquitectos a las masas es la correcta cuando estas prefieran otra, ya sea más anticuada o no, si se parte de la base que se diseña para un público que no tiene porqué estar de acuerdo con el diseño, como le sucedió a Venturi en determinadas ocasiones o a Le Corbusier con la élite brasileña?
¿Continúa siendo la arquitectura auténtica cuando deja de ser el diseño del arquitecto, que supuestamente es el capacitado para desarrollar este campo, para ser el gusto del cliente?
De ser así, ¿por qué seguir estudiando algo que ya cualquiera puede ejercer?
Afirmar que el arte está muerto es algo tan imposible de certificar como la afirmación de "Dios ha muerto". El arte es un reflejo plástico de las inquietudes del ser humano, y mientras el ser humano tenga inquietudes habrá arte. Ahora bien, otra cosa es afirmar qué es arte y qué no es, y según ese criterio, sólo uno mismo puede establecer tal clasificación. Ante un relativismo tan extremo se hace imposible el diálogo, pues prevalece el criterio personal que convierte la opinión subjetiva en verdad objetiva irrefutable ante cualquier otra opinión que no sea la propia (ya que considera todas las opiniones ajenas como subjetivas).
¿Podemos definir que la estética que se le brinda por parte de los arquitectos a las masas es la correcta cuando estas prefieran otra, ya sea más anticuada o no, si se parte de la base que se diseña para un público que no tiene porqué estar de acuerdo con el diseño, como le sucedió a Ventury en determinadas ocasiones o a Le Corbusier con la élite brasileña?¿Continúa siendo la arquitectura auténtica cuando deja de ser el diseño del arquitecto, que supuestamente es el capacitado para desarrollar este campo, para ser el gusto del cliente?
De ser así, ¿por qué seguir estudiando algo que ya cualquiera puede ejercer?
Ni el arquitecto debe imponerse a las decisiones del cliente ni debe ser esclavo de éste.
El arquitecto, a diferencia del artista plástico independiente, no proyecta a priori, no es un ser que está en su estudio haciendo bocetos continuamente que después vende a los clientes. Es un profesional que resuelve constructiva y espacialmente los requerimientos habitacionales de un cliente.
El arquitecto es algo más que un decorador que da forma y color a los espacios; es un técnico que controla muchos aspectos que al "autodidacta" se le escapan. Podríamos decir que es un técnico con formación estética. Y con todo el cariño te invito a visitar los debates correspondientes a las atribuciones del arquitecto si lo que quieres es hablar de eso, puesto que aquí no estamos cuestionando el status del arquitecto.
Con respecto al tema de la licitud de la pervivencia o no de las formas clásicas en la Arquitectura del siglo XXI, diré que el Arquitecto debe encontrar el justo equilibrio entre su criterio y los deseos de su cliente. Personalmente, desde mi convencimiento de la conveniencia y utilidad del clasicismo hoy día veo perfectamente adecuado el empleo de dichas formas no porque sea una estética banal que ame el vulgo, sino porque nuestro inconsciente colectivo ve en el clasicismo al ideal de vida armónica que representa la Antigüedad (ojo, que digo ideal, no realidad histórica o socioeconómica, por si alguien quisiere argumentar usando la economía esclavista y otras lindezas). Es decir, Grecia como cuna de las artes y las ciencias occidentales y Roma como la Gran Madre que extiende por el mundo los ideales estéticos griegos, acompañados de un modo de vida urbano que es el germen de nuestros actuales gobiernos.
El clasicismo contemporáneo surge fundamentalmente en el ámbito anglosajón como reacción a los excesos producidos por el Movimiento Moderno Arquitectónico. De hecho, podría decirse que ha sido una de las manifestaciones más fructíferas de la posmoderindad, al haber dado resultados realmente aceptados por un público que se veía alienado dentro de los parámetros de la arquitectura moderna. A ese respecto cabría decir que es una vuelta atrás, hacia la nostalgia de un tiempo pasado que se quiere restaurar. Se mira hacia el pasado y se proyecta el clasicismo hacia el presente y hacia el futuro como forma de decir que la Modernidad no ha sido capaz, dentro de su funcionalismo y maquinismo, de responder a las necesidades de la sociedad desde el punto de vista de la convivencia social (aunque sí desde el punto de vista higienista). También es una forma de posicionarse contra el deconstructivismo, el minimalismo, y el High Tech. Pretende devolver la escala humana de las cosas, retomando los métodos arquitectónicos tradicionales a escala humana, como es el clasicismo derivado de la tratadística (con la cabaña primigenia como objeto arquitectónico original, el hombre y la mujer como prototipo de los órdenes...).
Proyectar desde el clasicismo hoy día no es otra cosa que reafirmarse en el compromiso de dar continuidad a la tradición del ideal de vida armónica que supone la Antigüedad empleando un lenguaje arquitectónico derivado de la tratadística vitruviana y la observación directa. Y a ese respecto yo lo entiendo como un organismo vivo, como un organismo coherente, capaz de hablar un idioma comprensible y aprehensible.