Arquitecto: Liam O'Connor.
Año: 2012
Memorial de los bombarderos de la RAF (2012); exterior desde Green Park. Fuente: Fundación de la Real Fuerza Aérea
La construcción de memoriales de
guerra es tan antigua como la guerra misma. Los trofeos y monumentos
romanos a las victorias militares se convirtieron en el modelo a
seguir por todos los gobernantes europeos durante siglos: obeliscos,
pirámides, trofeos honraban los logros bélicos de las monarquías.
Los caídos y las derrotas se honraban desde el ámbito religioso,
pero con el surgimiento de la exhalación nacional tras la Revolución
Francesa y las Guerras Napoleónicas, empiezan a construirse
monumentos que no sólo honran las victorias sino también a los
caídos en combate como símbolo de los que luchan por la libertad e
independencia de la nación. Tras las dos Guerras Mundiales se
construyen numerosos monumentos en los que se empieza a honrar a
grupos e individuos concretos ya no como defensores de la libertad
sino como víctimas del conflicto. De esta forma la exaltación
nacional pasa por el respeto y el recuerdo de los caídos, evitando
implicaciones bélicas más allá del valor de los soldados, pues
también se honra a los civiles como víctimas de la barbarie de la
guerra.
Mientras que los memoriales del periodo
de entreguerras siguieron el patrón tradicional inspirado en Roma,
el triunfo del Movimiento Moderno tras la Segunda Guerra Mundial
abrió el camino hacia monumentos más abstractos y conceptuales. La
honra a los caídos dejó de mostrarse a través de la iconografía
clásica y se opta por esculturas basadas en prismas puros únicamente
rotos por los nombres de los caídos o un texto conmemorativo. La
caída de la Unión Soviética y el cincuentenario de la Segunda
Guerra Mundial propició la construcción de nuevos memoriales
dedicados a las víctimas. El Monumento a los judíos de Europa
asesinados, obra de Peter Eisenman e inaugurado en Berlín en 2005,
podría considerarse como una obra típica de los memoriales
construidos mucho después de una guerra.
Frente a esa concepción que parece más
preocupada en la búsqueda macabra de una experiencia horrible que en
la honra de las víctimas y la concordia de la paz, el arquitecto
Liam O'Connor ha proyectado un edificio en el centro de Londres
dedicado a los aviadores de la Real Fuerza Aérea Británica que
murieron en combate durante los bombardeos aliados a las ciudades
alemanas durante la segunda Guerra Mundial. Si bien la actuación de
los aliados fue más que cuestionable tanto por la pérdida de vidas
humanas como por la destrucción sistemática del tejido urbano
alemán, el monumento honra por igual a los aviadores caídos en acto
de servicio como a las víctimas producidas por dichos bombardeos,
fomentando la concordia anglo-franco-germana en la que se ha
fundamentado la construcción de la Unión Europea.
El edificio es un sencillo pabellón
rectangular de orden dórico griego con una columnata del mismo orden
a ambos lados rematados por unos pilonos a modo de luminarias. Al
interior se accede a través de un pórtico hexástilo ligeramente
empotrado en el muro (aproximadamente 1/3 de su diámetro), donde
pueden apreciarse varias inscripciones conmemorativas así como un
gran grupo escultórico del escultor Phillip Jackson que representa a
un grupo de jóvenes aviadores de vuelta de una misión.
Vista exterior del memorial desde Hyde Park Corner. Fuente: The guardian.
Extremo de las columnatas. Fuente: Diario de la vida de un arqueólogo.
Inauguración de la escultura por parte de la Reina Isabel II. Fuente: Daily Mail
El orden dórico cumple perfectamente
su misión de crear un continente robusto, sobrio y digno que se
integra perfectamente en el entorno de Green Park y los edificios
clásicos que lo rodean. Es cierto que el orden empleado no es un
dórico puramente griego y que la ausencia de triglifos y la cornisa
superior han sido objeto de críticas, algo habitual por quienes
juzgan el clasicismo bajo una óptica en exceso purista pero que no
deja de ser una mala interpretación de Vignola. Quizá habría a ese
respecto que recordar las palabras que José Ortiz y Sanz dedicara al
asunto en el prólogo de su edición de Palladio de 1797:
“Podrán hallarse algunas
subdivisiones en aquellos grados ú Ordenes, v. gr. entre Dórico y
Jónico, ó entre este y el Corintio: pero tales grados nunca podrían
constituir nuevo carácter, ni mudar la esencia de los Ordenes
establecidos, y solo versaría sobre los ornatos y cosas
accidentales. Los triglifos, por exemplo, son el distintivo principal
del Dórico: pero aunque no los tenga será Dórico el Orden cuya
columna tenga Dórico el capitel, dimensiones y demás miembros de
aquel Orden. Nadie duda sea Dórico el hermosísimo pórtico
elíptico que levantó Bernini en la gran plaza del Vaticano, sin
embargo de que no le puso triglifos.”
Palladio, Andrea. Los Cuatro Libros de
Arquitectura de Andrea Palladio, Vicentino. Traducidos e ilustrados
con notas por Don Joseph Francisco Ortiz ySanz, Presbítero. Imprenta
Real. Madrid, 1797. Página XV
Casa de los Guardas en Hyde Park Corner. Fuente: Flickr
Situada a escasos metros, ambos edificios comparten el orden dórico como elemento común, facilitando el diálogo y la integración en el paisaje urbano del nuevo memorial.
Situada a escasos metros, ambos edificios comparten el orden dórico como elemento común, facilitando el diálogo y la integración en el paisaje urbano del nuevo memorial.
Para saber más: Reseña en Diario de la vida de un arqueólogo
Great post.. :D
ResponderEliminarNice blog you have!