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sábado, 1 de febrero de 2014

El clasicismo vuelve a Londres: Edificio de viviendas en Mayfair


Edificio de viviendas en Mayfair, Londres
Estudio: Stanhope Gate Architecture, Londres.
Alireza Sagharchi, Director
Simon Lilley, Director Asociado
Ewa Pujszo, Proyectista Asociada
Roman Stuller, Asistente de Arquitectura
Pawel Wiecek, Asistente de Arquitectura


Acuarelas: Chris Draper

Infografías: Nabeel Shehadah

Cliente: C Group Developments & McLaren Property.

Project Manager y Consultores de presupuesto: STACE LLP

Ingeniero de estructuras: BWB Consultancy

Ingenieros Mecánicos y Eléctricos: KUT Partnership

Interiorismo: Lawson Robb

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La ciudad de Londres fue, desde el pavoroso incendio de 1666 hasta los destructores efectos de los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, un exponente del buen hacer del clasicismo y de la variedad de su léxico, el cual evolucionó y se adaptó a las necesidades d tiempo sin perder su esencia y sus principios tal y como si de un lenguaje se tratara. Esta continuidad quedó rota tras el Blitz, cuando la reconstrucción de la ciudad quedó acaparada en exclusiva por el Movimiento Moderno. Lo que en principio surgió como una necesidad, pronto se convirtió en una obligación, y la arquitectura moderna se impuso no sólo sobre los solares afectados por los bombardeos, sino en todos aquellos que sufrieron de la especulación en la que pronto degeneraron los otrora prístinos principios de los arquitectos modernos. En el mejor de los casos, las elegantes mansiones georgianas y victorianas de los distritos residenciales de la “City” y el “West End” acabaron reconvertidas en oficinas y compartiendo su espacio urbano con nuevos y anómicos bloques de acero y vidrio. 

Sin embargo, recientes cambios en la política residencial de Londres están provocando que muchos de estos edificios de oficinas, ya sean reconvertidos o de nueva planta, recuperen su uso original. En ocasiones, esta recuperación del uso original va acompañada de una recuperación de la esencia clásica del edificio. La arquitectura clásica permite una versatilidad léxica tal que no es necesario acudir a reconstrucciones arqueológicas o historicistas del tipo “donde estaba y como era” sino que por sí mismo es capaz de dar continuidad efectiva al tejido urbano histórico sin incurrir en las violentas imposiciones formales que introdujo el Movimiento Moderno. Este es el caso del edificio de viviendas en Mayfair que traemos a colación, proyecto del arquitecto Alireza Sagharchi. 

Contexto histórico. 

El edificio propuesto sustituye a un bloque de los años 30, si bien con anterioridad el solar acogió un edificio de mediados del siglo XVIII que superaba en escala y detalle a sus vecinos. Es por ello que la Oficina de Planeamiento de Westminster aceptó la propuesta de crear un edificio que tuviera a la vez un carácter único y continuara la tradición georgiana de sus vecinos. Esta intervención clásica es la primera de su género en décadas y se integra armoniosamente con las propiedades históricas adyacentes a la vez que mantiene una identidad propia como actuación moderna realzando el carácter del Área de Conservación de Mayfair. Este área de conservación se caracteriza por una malla ortogonal de manzanas orientadas conforme los puntos cardinales, con edificios ocupando su perímetro y permitiendo, originalmente, grandes patios interiores. Muchos de estos edificios son de época georgiana y conforman fachadas continuas que definen el carácter de las calles y plazas. Alrededor de Grosvenor Square se pueden encontrar grandes mansiones y al sur de la misma se levanta el moderno edificio de la embajada de Estados Unidos, obra del arquitecto Eero Saarinen. 

El primer edificio en ocupar el solar data de 1725, obra del arquitecto y estuquista Edward Sheppard y que fue descrito como “una mansión noble y magnífica con una fachada de piedra”. En 1771 Robert Adam recibió el encargo de reconstruir el edificio, aunque parece que sus diseños no terminaron de convencer a su cliente, una tal Elizabeth Wedell, quien finalmente acabó encargando la obra a Samuel Wyatt, dándose inicio a las mismas en 1787. 

Alzado del edificio original del siglo XVIII

El edificio actual data de 1936 y es obra de Prestige & Co con proyecto de William Edward Masters. Inicialmente concebido como una gran casa familiar, el edificio fue subdivido en apartamentos menores a principios de la década de 1960, probablemente debido a daños por el Blitz, y nuevamente alterado en 1977. 

Estado actual

Proyecto

El programa prevé la demolición del edificio existente y la nueva ocupación del solar con un edificio de apartamentos de tamaño familiar con área de esparcimiento privada. El carácter clásico del edificio se integra armoniosamente con los edificios georgianos aledaños, a la vez que mantiene una identidad única como edificio sostenible de gran calidad que contribuye positivamente al área de conservación. 

Infografía con el edificio propuesto en su emplazamiento real. 

El edificio original del siglo XVIII superaba a sus vecinos en escala y detalle, con un gran frontón en piedra y una arcada en planta baja que le conferían una identidad propia alterando el ritmo horizontal de la fachada urbana. Durante las consultas previas en la Oficina de Planeamiento y Conservación de Westminster se acordó que el nuevo edificio también debería poseer un carácter único a la vez que se integraba con sus vecinos. 

Se consideraron varias opciones, todas ellas con una composición centralizada pero variando el número de huecos. De todas ellas, la de tres huecos parecía la más apropiada para este contexto. Comoquiera que la fachada frontal es más ancha de lo habitual para una división en tres huecos, se ha definido un volumen central más estrecho que el ancho de medianera que sobresale ligeramente hacia la calle. 

 
 
Bocetos del arquitecto con diferentes disposiciones de huecos de fachada. 

Materiales y detalles arquitectónicos y constructivos. 

La fachada será construida en mampostería resistente tradicional, con una hoja exterior de piedra natural de Portland de máxima calidad y juntas de mortero de cal, y una interior de fábrica de ladrillo. Las juntas y detalles de cantería se cuidarán al máximo. Estos detalles incluyen una planta baja rusticada, un balcón corrido sobre modillones con rejería metálica, jambas y entablamento en las ventanas, y un frontón abierto rematado por una acrótera. Todos los elementos se han diseñado usando los métodos clásicos de proporción. 

Alzado del edificio propuesto

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Para saber más: 

lunes, 11 de marzo de 2013

Pieles y envolventes arquitectónicas (II): Un muro cortina en el Londres isabelino. La casa de Paul Pindar.



El concepto de piel o de envolvente aplicada a la arquitectura se ha convertido en uno de los pilares básicos del proyectos moderno. Con la proclamación de los cinco puntos de la nueva arquitectura, Le Corbusier sanciona la separación compositiva entre planta y alzado, que se verá reforzada con el desarrollo tecnológico de los muros cortina. De esta forma la fachada pierde su función portante y se subordina a una superestructura mayor a la que se ancla o de la que cuelga.

Los cinco principios de Le Corbusier, enunciados en "Hacia una Arquitectura" en 1923, se complementan con los cuatro métodos de composición y suponen el origen de la fachada libre y los muros-cortina.

Además de la libertad compositiva, el muro cortina también permitió un abaratamiento de costes, al recurrir a elementos prefabricados que se ensamblan en obra. El muro cortina permite el paso de una construcción cuasi artesanal (el ladrillo se coloca uno a uno) a un montaje mecanizado que regulariza la composición. Aunque el vidrio es el material que se asocia inmediatamente a este tipo constructivo, también hay muros cortina de otros materiales, como piedra o acero, si bien estos últimos suelen usarse más como última capa del cerramiento que como muro propiamente dicho.

En “¿Quién teme al Bauhaus feroz? El arquitecto como mandarín” (Anagrama, 1982. Original inglés: From Bauhaus to our house) Tom Wolfe se mofaba de esos grandes muros de vidrio de los rascacielos de Nueva York que prácticamente impedían cualquier distribución mobiliaria y acababan revestidos interiormente de cortinas y composiciones clásicas. Para Wolfe esto supone un irónico contraste entre la alta tecnología requerida para la construcción del edificio y la atemporalidad que el decorador le concedía al dotarlo de un entorno clásico. De hecho, parece como si Wofe sintiera añoranza por las artesanías y la construcción artesanal (y que no pueden competir con la tremenda rebaja de costes que supone la arquitectura moderna), cuando en realidad es posible encontrar ejemplos históricos tecnológicamente similares al muro cortina y que aportan una respuesta compositivamente clásica al problema de una fachada independiente de la estructura. Estos ejemplos son anteriores a las soluciones planteadas por los arquitectos de la Escuela de Chicago (antecedente directo de esta tipología constructiva) y se vinculan con las construcciones de entramado de madera del norte de Europa. La fachada de la casa de Paul Pindar, conservada en el Mmuseo Victoria y Alberto de Londres, es un ejemplo magnífico de cómo desde la tradición se puede conseguir dar respuesta a un requisito aparentemente capitalizado por la Modernidad.

La vivienda fue construida a finales del siglo XVI para Paul Pindar (1656-1650), un próspero comerciante de la época que llegó a ser embajador en el Imperio Otomano. Pindar adquirió varias viviendas en Bishopgate extramuros, un sector al este de la ciudad amurallada, y las adaptó para crear un gran complejo residencial de tres plantas en cuyo centro se levantaba una imponente estructura de madera a modo de mirador de planta mixtilínea, de dos niveles superpuestos que sobresalen de la fachada. El cuerpo curvo central del mirador entronca con la tradición de residencia aristocrática inglesa y confiere majestuosidad al conjunto.

Tras la muerte de Paul Pindar, su vivienda fue subdivida y arrendada a terceros durante casi tres siglos, hasta que en 1890 la propiedad fue demolida para dejar espacio a la nueva estación de la Calle Liverpool. La singularidad de la fachada, considerada una rareza arquitectónica, motivó su conservación y traslado al Museo Victoria y Alberto, donde permanece desde entonces.

La fachada en su emplazamiento original, h. 1880. Fuente: Wikimedia Commons.

Uno de los propósitos fundacionales del Museo Victoria y Alberto era el de recopilar y exponer ejemplos de las mejores manufacturas y tecnologías con el fin de formar el gusto del público y los futuros profesionales. Las secciones de arquitectura fueron muy populares en sus primeros años, pero su importancia fue decayendo a medida que el museo mutaba su interés didáctico al meramente expositivo de artes decorativas. Si observamos la fachada de la casa de Paul Pindar desde esta doble óptica, no sólo nos encontramos ante un objeto maravilloso que satisface nuestra curiosidad, sino ante una lección práctica de arquitectura de la cual los arquitectos podemos sacar provecho como proyectistas, pues España cuenta con una amplia tradición de construcciones con entramado de madera que ha demostrado gran eficiencia y adaptabilidad a los condicionantes materiales del entorno. Estas construcciones son muy similares en cuanto a tectónica a las estructuras británicas tradicionales con dicho material.

Levantamiento de la fachada. Fuente: Museo Victoria y Alberto. 

En un momento en que las estructuras de madera vuelven a tener interés bajo la luz de la sostenibilidad, el procedimiento empleado en la construcción de esta fachada cobra nueva actualidad: las piezas que la componen fueron realizadas en un taller de carpintería para ser ensambladas in situ, siguiendo un proceso muy similar al que siguen hoy las compañías especializadas. La única diferencia es la progresiva mecanización que reduce el esfuerzo necesario, pero los parámetros de diseño podrían seguir perfectamente vigentes toda vez que las formas resultantes provienen de las necesidades constructivas del proceso de ensamblaje así como la propia naturaleza del material. A diferencia del orden dórico, que surge de las primitivas construcciones en madera, la composición de esta fachada hace el camino inverso y supone una vuelta del clasicismo a su material primigenio.

La casa de Paul Pindar nos demuestra que es posible llegar a resultados exactamente iguales a los obtenidos por la modernidad con los muros cortina, empleando un material y un diseño proyectual basado en uno de los conceptos más sostenibles: la tradición y su adaptabilidad al medio.


 La fachada antes y después de la restauración. Aunque ahora es posible apreciar mejor las uniones de las diferentes piezas que la componen, el estado anterior permitía una mejor comprensión volumétrica del elemento. Fuente: Museo Victoria y Alberto. 

Para saber más:




martes, 12 de febrero de 2013

El “pocero” de Pímlico


Dos formas muy diferentes de reconocer la labor de los promotores de un barrio:
Izquierda: Acceso al Residencial Francisco Hernando en Seseña. Fuente: The Global Mail. El propio promotor da nombre al conjunto urbano que construye.
Derecha: Monumento a Thomas Cubitt (1788-1855) en el barrio de Pimlico, Londres. Fuente: Wikimedia Commons. La ciudad levanta un monumento al promotor del barrio 140 años después de su muerte.

Durante los años boyantes de la burbuja inmobiliaria en España se gestaron una serie de modelos urbanísticos que, tras el pinchazo de la misma, empiezan a revelar su ineficiencia. Estos modelos podrían resumirse en dos casos bien conocidos en la meseta castellana: Seseña y el Plan de Actuación Urbanística (PAU) del barrio de Vallecas en Madrid. Si bien ambos obedecen a un patrón básico de edificios de varias alturas sobre una planta en damero, y con los servicios propios de una “ciudad dormitorio”, desde el estamento arquitectónico se ha demonizado Seseña como símbolo de todos los vicios de la especulación, y encumbrado PAU Vallecas (así como PAU Sanchinarro) como cúmulo de virtudes de una nueva arquitectura española concienciada en lo social a la vez que abierta a la experimentación y la sostenibilidad. Pero transcurridos los años prósperos, ambos ensanches urbanos languidecen ante la falta de ocupación y la carencia de servicios. Su supuesta sostenibilidad altamente dependiente de la tecnología los convierte en edificios caros de mantener. Teniendo en cuenta que muchas de esas viviendas son de protección social, es de suponer que con el paso de los años sus propietarios no puedan costear el mantenimiento de tan costosa génesis proyectual y el complejo acabe decayendo hasta convertirse en un foco de marginalidad al estilo de Pruitt Iggoe, cuya demolición en 1972 marca simbólicamente el fin del Movimiento Moderno.

Ante ese panorama, ni el vicio de la especulación ni la virtud de la misma disfrazada de modernidad y sostenibilidad se revelan capaces de dar una respuesta viable al reto que supone cualquier ampliación de la ciudad. Las opciones que buscan una nueva utopía urbana y social mediante revoluciones y asamblearismos tampoco nos parecen bien encaminadas, toda vez que en la mayoría de ocasiones se limitan a revisar los postulados de la modernidad y a actualizar su estética. Habría por tanto que buscar un ejemplo histórico que hubiera sido capaz de crear una trama urbana y una arquitectura con la suficiente potencia y coherencia como para haber superado las vicisitudes de los tiempos y llegar a nuestros días como ejemplo a seguir.

Aunque en España tenemos ejemplos de hermosos ensanches decimonónicos y sea muy reseñable la labor de la Dirección General de Regiones Devastadas tras la Guerra Civil, en esta ocasión queremos mostrar un caso foráneo en el que trama urbana y arquitectura generan un entorno habitable y socialmente sostenible. Nos referimos al barrio de Pímlico en Londres, construido en los años centrales del siglo XIX siguiendo un patrón arquitectónico común.

La urbanización de Pímlico, junto con la del vecino barrio de Belgravia, se debe a los deseos de Richard Grosvenor, Segundo marqués de Westminster (1795-1869), propietario de los terrenos con cuya promoción obtuvo pingues beneficios que lo convirtieron en una de las personas más ricas de su tiempo. El marqués encargó el proyecto a Thomas Cubbit (1788-1855), miembro de una familia de arquitectos y constructores entre los que estaba su hermano Lewis (1799-1883), arquitecto de la estación de King Cross (1851).

Antes de su desarrollo, Pímlico era una zona de huertas sobre la que Cubbitt dispuso una malla que se adapta al contorno del Támesis y a caminos existentes. Dos grandes plazas ajardinadas de uso semiprivado (Eccleston Square y Warqick Square) y tres iglesias (Santiago el Menor, S. Gabriel y S. Salvador) completan los equipamientos necesarios para la época, que con el tiempo se irían ampliando. Sobre las parcelas resultantes se edificarán viviendas de dos y tres alturas con patio inglés (sótano rehundido) que siguen un patrón compositivo uniforme y eficaz.

 Pimlico en 1827. Fuente: Wikimedia Commons.

 Pimlico hacia 1863, concluido según los diseños de Cubitt. Fuente: Hobhouse, Hermione. Thomas Cubitt, Master Builder. Londres, 1995.

Fotografía aérea de Pimlico en la actualidad. Fuente: Flickr.

 Pimlico en la actualidad. El tejido urbano apenas se ha visto alterado, con excepción de los solares resultantes de los bombardeos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Fuente: English Heritage

Las parcelas suelen ser estrechas, con dos huecos al exterior y un pórtico de orden toscano que precede la entrada. Las molduras que rodean los huecos se van haciendo más sencillas a medida que subimos de nivel y la última planta suele ser un bajo cubierta con mansarda más o menos elaboradas. Lejos de parecer un conjunto monótono, pequeñas variaciones en columnas, entablamentos y molduras dan variedad al conjunto urbano, que se conforma así como diverso en la unidad. Esto era algo por lo que se clamaba desde la teoría arquitectónica francesa de la Ilustración, tipificada perfectamente en los escritos de Durand y Laugier sobre los conjuntos urbanos. Además, tanto las calles principales (St. George's Drive y Belgrave Road) como las parcelas que rodean las plazas, muestran un desarrollo compositivo más elaborado al ir destinadas a propietarios más pudientes.

 Alzado tipo de las calles de Pimlico. Fuente: Guía de diseño de Pimlico

 Alderney Street, Pimlico, Londres. Fuente: Flickr

 Eccleston Square,  Pimlico, Londres. Fuente: Flickr.

 Gloucester Street,  Pimlico, Londres. Fuente: Flickr.

 St. George's Drive,  Pimlico, Londres. Fuente: Flickr.

 Warwick Square,  Pimlico, Londres. Fuente: Flickr. 

Winchester Street,  Pimlico, Londres. Fuente: Flickr.

De hecho, los mapas de la pobreza de Londres siempre mostraron Pímlico como un barrio de clase media, a diferencia del vecino barrio de Belgravia, habitado por la alta burguesía del momento y a día de hoy una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Belgravia también fue construida por Cubitt, si bien su carácter más lujoso se sale de nuestro propósito de mostrar un desarrollo urbano proyectable dentro del clasicismo y que resulte eficiente y asequible.

Mapa de la pobreza de Londres de 1889, por Charles Booth. Fuente: Charles Booth's 1889 Descriptive Map of London Poverty. En el barrio predominan los colores rojo y rosa, pertenecientes a la clase media. 

De esta eficiencia es muestra el fuerte carácter del barrio (referido en ocasiones como "Pimlico grid", la "malla de Pímlico"), que fue objeto incluso de la comedia de "Pasaporte a Pimlico" (1949), en la que sus habitantes se declaran borgoñones y se independizan de Reino Unido.

Cartel de la película "Pasaporte a Pimlico" (1949). Fuente: Wikimedia Commons.

Como recuerdo a su promotor, la ciudad agradecida levantó monumentos tanto a Lord Gorsvenor como a Thomas Cubitt, mostrando al primero con el plano de los barrios que promovió y al segundo con objetos propios de su doble oficio como arquitecto y constructor. Toda una lección de la historia que habría que comparar con los monumentos que adornan las calles de Seseña y PAU Vallecas.

 Esculturas a Thomas Cubitt en Pimlico (Escultor: William Fawke, 1995) y Lord Grosvenor en Belgravia (Escultor: Jonathan Wilder, 1998). Fuente: Wikimedia Commons.

"Árboles artificiales" en el Eco Bulevar de Vallecas. Fuente: Wikiarquitectura.

Frente a las pretensiones de promotores y arquitectos modernos, unos movidos por la obtención del máximo lucro, otros movidos por unas utopías sociales y estéticas que hacen tabula rasa con la historia y la tradición para emprender una dudosa huida hacia delante, el carácter sosegado de la arquitectura y el urbanismo de Pimlico nos muestra cómo es posible crear variedad desde la unidad del clasicismo así como un entrono urbano agradable y fuertemente vinculado a sus habitantes.

Para saber más:


domingo, 10 de febrero de 2013

Monumentos para (mucho) después de una guerra

RAF Bomber Command Memorial. Londres, Green Park.
Arquitecto: Liam O'Connor.
Año: 2012

Memorial de los bombarderos de la RAF (2012); exterior desde Green Park. Fuente: Fundación de la Real Fuerza Aérea

La construcción de memoriales de guerra es tan antigua como la guerra misma. Los trofeos y monumentos romanos a las victorias militares se convirtieron en el modelo a seguir por todos los gobernantes europeos durante siglos: obeliscos, pirámides, trofeos honraban los logros bélicos de las monarquías. Los caídos y las derrotas se honraban desde el ámbito religioso, pero con el surgimiento de la exhalación nacional tras la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas, empiezan a construirse monumentos que no sólo honran las victorias sino también a los caídos en combate como símbolo de los que luchan por la libertad e independencia de la nación. Tras las dos Guerras Mundiales se construyen numerosos monumentos en los que se empieza a honrar a grupos e individuos concretos ya no como defensores de la libertad sino como víctimas del conflicto. De esta forma la exaltación nacional pasa por el respeto y el recuerdo de los caídos, evitando implicaciones bélicas más allá del valor de los soldados, pues también se honra a los civiles como víctimas de la barbarie de la guerra.

Mientras que los memoriales del periodo de entreguerras siguieron el patrón tradicional inspirado en Roma, el triunfo del Movimiento Moderno tras la Segunda Guerra Mundial abrió el camino hacia monumentos más abstractos y conceptuales. La honra a los caídos dejó de mostrarse a través de la iconografía clásica y se opta por esculturas basadas en prismas puros únicamente rotos por los nombres de los caídos o un texto conmemorativo. La caída de la Unión Soviética y el cincuentenario de la Segunda Guerra Mundial propició la construcción de nuevos memoriales dedicados a las víctimas. El Monumento a los judíos de Europa asesinados, obra de Peter Eisenman e inaugurado en Berlín en 2005, podría considerarse como una obra típica de los memoriales construidos mucho después de una guerra.

Frente a esa concepción que parece más preocupada en la búsqueda macabra de una experiencia horrible que en la honra de las víctimas y la concordia de la paz, el arquitecto Liam O'Connor ha proyectado un edificio en el centro de Londres dedicado a los aviadores de la Real Fuerza Aérea Británica que murieron en combate durante los bombardeos aliados a las ciudades alemanas durante la segunda Guerra Mundial. Si bien la actuación de los aliados fue más que cuestionable tanto por la pérdida de vidas humanas como por la destrucción sistemática del tejido urbano alemán, el monumento honra por igual a los aviadores caídos en acto de servicio como a las víctimas producidas por dichos bombardeos, fomentando la concordia anglo-franco-germana en la que se ha fundamentado la construcción de la Unión Europea.

El edificio es un sencillo pabellón rectangular de orden dórico griego con una columnata del mismo orden a ambos lados rematados por unos pilonos a modo de luminarias. Al interior se accede a través de un pórtico hexástilo ligeramente empotrado en el muro (aproximadamente 1/3 de su diámetro), donde pueden apreciarse varias inscripciones conmemorativas así como un gran grupo escultórico del escultor Phillip Jackson que representa a un grupo de jóvenes aviadores de vuelta de una misión.

 Vista exterior del memorial desde Hyde Park Corner. Fuente: The guardian.

 Extremo de las columnatas. Fuente: Diario de la vida de un arqueólogo.

Inauguración de la escultura por parte de la Reina Isabel II. Fuente: Daily Mail

El orden dórico cumple perfectamente su misión de crear un continente robusto, sobrio y digno que se integra perfectamente en el entorno de Green Park y los edificios clásicos que lo rodean. Es cierto que el orden empleado no es un dórico puramente griego y que la ausencia de triglifos y la cornisa superior han sido objeto de críticas, algo habitual por quienes juzgan el clasicismo bajo una óptica en exceso purista pero que no deja de ser una mala interpretación de Vignola. Quizá habría a ese respecto que recordar las palabras que José Ortiz y Sanz dedicara al asunto en el prólogo de su edición de Palladio de 1797:

“Podrán hallarse algunas subdivisiones en aquellos grados ú Ordenes, v. gr. entre Dórico y Jónico, ó entre este y el Corintio: pero tales grados nunca podrían constituir nuevo carácter, ni mudar la esencia de los Ordenes establecidos, y solo versaría sobre los ornatos y cosas accidentales. Los triglifos, por exemplo, son el distintivo principal del Dórico: pero aunque no los tenga será Dórico el Orden cuya columna tenga Dórico el capitel, dimensiones y demás miembros de aquel Orden. Nadie duda sea Dórico el hermosísimo pórtico elíptico que levantó Bernini en la gran plaza del Vaticano, sin embargo de que no le puso triglifos.”

Palladio, Andrea. Los Cuatro Libros de Arquitectura de Andrea Palladio, Vicentino. Traducidos e ilustrados con notas por Don Joseph Francisco Ortiz ySanz, Presbítero. Imprenta Real. Madrid, 1797. Página XV

Casa de los Guardas en Hyde Park Corner. Fuente: Flickr
Situada a escasos metros, ambos edificios comparten el orden dórico como elemento común, facilitando el diálogo y la integración en el paisaje urbano del nuevo memorial. 

martes, 6 de noviembre de 2012

Chelsea Barracks - El Pueblo y el Príncipe contra la Arquitectura Moderna


Chelsea Barracks es el nombre que recibe una manzana del distrito londinense de Kensington y Chelsea, próximo al hospital homónimo. El primer conjunto de edificios fue construido en la década de 1860 como alojamiento para dos batallones de tropas, y fue demolido en la década de 1960 para albergar dos bloques de hormigón que serían nuevamente demolidos en 2008. En ese momento Lord Richard Rogers propuso un gran proyecto moderno que se encontró con la oposición tanto del príncipe de Gales como de una buena parte de la sociedad británica. Quinlan Terry realizó una contrapropuesta que no llegó a realizarse, si bien el actual proyecto sí ha tenido en cuenta las demandas de la sociedad y se adapta al tejido histórico del barrio de mejor forma que el brutal proyecto de Lord Rogers.

Para saber más:


El príncipe tenía razón. Ahora los arquitectos deben oírle.

Proyecto de Lord Richard Rogers.

Proyecto de Quinlan Terry.

Proyecto actual, de Squire & Partners. Fuente: Londonist.

lunes, 18 de julio de 2011

El Instituto de Arquitectura Clásica y Arte de Nueva York y el Grupo de Arquitectura Tradicional de Londres anuncian una alianza formal.


15 de Julio de 2011 

El Instituto de Arquitectura Clásica y Arte de Nueva York ( ICAA, Institute of Classical Architecture and Art) anunció hoy una alianza formal con el Grupo de Arquitectura Tradicional de Londres (TAG, Traditional Architecture Group), un grupo asociado al Real Insituto de Arquitectos Británicos (RIBA, Royal Institute of British Architects). 

La organización sin fines de lucro del Instituto de Arquitectura Clásica (ICAA), con 15 capítulos a lo largo de Estados Unidos, se dedica a fomentar la tradición clásica en la docencia y práctica profesional arquitectónica, y en la propia la arquitectura y urbanismo clásico y tradicional. El Grupo de Arquitectura Tradicional (TAG) es la única organización de su tipo en Reino Unido con más de 400 miembros entre la comunidad del RIBA, y lidera la práctica profesional de la arquitectura clásica y tradicional en Reino Unido. Mediante esta alianza, ambas organizaciones se comprometen a promover objetivos compartidos a través de la educación, publicaciones y difusión dirigidas a mejorar el entendimiento social de la arquitectura, urbanismo y artes asociadas a los mismos. 

Peter Pennoyer, presidente del ICAA y Alireza Sagharchi, preside del RIBA, han declarado: 

“Nuestra alianza formal se basa en metas comunes y objetivos compartidos para la creación de una arquitectura y urbanismo más sostenibles. Nuestra intención es desarrollar iniciativas que unan ideas y la mejor práctica profesional de Estados Unidos y Reino Unido. Estamos planeando programas educativos conjuntos a ambos lados del Atlántico que incluyen cursos, simposios, programas de dibujo y debates. Esperamos poder trabajar juntos en nuestras mutuas áreas de interés”. 

Se puede obtener más información en las páginas webs de ambas organizaciones:

Chairman's Office 
c/o 5 Stanhope Gate 
London W1K 1AH 
Tel: 020 7306 2176 

Alireza Sagharchi, TAG Chairman 
asagharchi@stanhopegate.co.uk 


20 West 44th Street, 
New York, NY, 100036 
Tel: (212) 730-9646 Ext. 103 

Paul Gunther, ICAA President 
pgunther@classicist.org

Enviado por: Alireza Sagharchi

The Institute of Classical Architecture and Art, New York (ICAA) & the Traditional Architecture Group, London (TAG) announce a formal alliance


15th July 2011

The Institute of Classical Architecture and the Art, New York (ICAA) announced today a formal alliance with the Traditional Group, London (TAG), a linked group of the Royal Institute of British Architects.

The non-profit Institute of Classical Architecture, with 15 chapters across the United States, is dedicated to advancing the classical tradition in architectural education and practice, traditional and classical architecture and urban planning. The Traditional Architecture Group is the only organisation of it’s kind in the UK with over 400 members within the RIBA community, & leading Classical and Traditional Architecture practices in the UK. Through the alliance, both organisations aim to promote shared goals through education, publication, and advocacy directed toward increasing the public understanding of architecture, urbanism and allied arts.

Peter Pennoyer, Chairman of the ICAA and Alireza Sagharchi, Chairman of TAG, said

“Our formal alliance builds upon common goals and shared objectives for creating more sustainable architecture and urbanism. Our intention is to develop initiatives linking together ideas and best practices of the United States and the United Kingdom. We are planning joint educational programs on both sides of the Atlantic including courses, symposia, drawing programs and debates. We look forward to working together on our mutual areas interests”.

Further information can be obtained on the organisation websites

Chairman's Office 
c/o 5 Stanhope Gate
London W1K 1AH
Tel: 020 7306 2176

Alireza Sagharchi, TAG Chairman


20 West 44th Street, 
New York, NY,100036
Tel: (212) 730-9646 Ext. 103

Paul Gunther, ICAA President


viernes, 27 de agosto de 2010

Discurso de SAR el Príncipe de Gales en el 150º aniversario del Real Instituto de Arquitectos Británicos (1984)

Autor: SAR Príncipe Carlos
Traducción: Pablo Álvarez Funes

Discurso de SAR el Príncipe de Gales en el 150º aniversario del Real Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA), Real Noche de Gala en el Palacio de Hampton Court. 30 de mayo 1984

Señoras y señores, parece totalmente apropiado para este año de aniversario que el Real Instituto de Arquitectos Británicos nombrara a D. Charles Correa a la Reina para recibir la Real Medalla de Oro de Arquitectura. He oído que es un genial arquitecto moderno, responsable de una arquitectura moderna espléndidamente brillante y sensible, invariablemente de bajo costo. Pero es su imaginativa preocupación para aquellos que sufren el impedimento de la pobreza en Bombay, y el tercer mundo en general, lo que le ha hecho justamente famoso. Es por ello, así como por su suprema capacidad como arquitecto, que se le está homenajeando noche.
Parece que los sesquicentenarios vienen seguidos en nuestro tiempo. El año pasado fui invitado a ser Presidente de la Asociación Médica Británica por su 150 aniversario y disfruté gratamente con esa función. Estoy enormemente agradecido, debo decir, por que no me hayan pedido que sea Presidente de la RIBA este año porque si bien es relativamente fácil ser un hipocondríaco es probable que sea mucho más difícil llegar a ser su equivalente arquitectónico. Por otra parte, el padre de mi tatarabuelo, El príncipe Consorte, se complacía con una especie de hipocondría arquitectónica tan a menudo como podía.

Osborne y Balmoral son, por supuesto, los ejemplos más evidentes de su compromiso personal con el diseño de los edificios pero también se ocupó del diseño de edificios agrícolas e interiores domésticos. Ningún detalle era demasiado pequeño como para escapar a su atención y, como resultado, nos dejó una serie de edificios que no dejan de fascinar y que muestran gran individualidad (aunque siempre originalmente inspirados en algún estilo arquitectónico anterior). Por lo que el príncipe Alberto se refería, el embellecimiento parece haber sido un ingrediente vital para cualquier edificio y lo mejor a más simbólico.
A veces no puedo dejar de preguntarme si alguno de sus diseños obtendría permiso de construcción en estos días. En la actualidad, con la reacción al movimiento moderno que parece estar teniendo lugar en nuestra sociedad, sería posible. Al fin el público está empezando a ver que es posible, e importante en términos humanos, respetar edificios antiguos, tramas urbanas y escalas tradicionales y, al mismo tiempo, no sentirse culpable por una preferencia para las fachadas, ornamentos y materiales blandos. Por fin, después de presenciar la total destrucción de la vivienda victoriana y georgiana en la mayoría de nuestras ciudades, el público ha empezado a darse cuenta de que es posible restaurar edificios antiguos y, lo que es más, que hay arquitectos dispuestos a emprender tales proyectos.
Me parece que, durante demasiado tiempo, algunos urbanistas y arquitectos han ignorado los sentimientos y los deseos de la masa de la gente común en este país. Tal vez, cuando se piensa sobre ello, no es de extrañar cómo los arquitectos tienden se han capacitado para diseñar edificios desde cero, a derribar y reconstruir. Salvo en los cursos de Diseño del Interior, a los estudiantes no se les enseña a rehabilitar, ni nunca se reúnen con los usuarios finales de los edificios durante su formación – de hecho, a menudo pueden pasar por toda su carrera sin hacerlo. Por consiguiente, un gran número de nosotros hemos desarrollado un sentimiento de que los arquitectos tienden a diseñar casas para la aprobación de sus colegas arquitectos y los críticos, no para sus propietarios. Los mismos sentimientos, por cierto, han sido compartidos por personas con discapacidad que consideran que con un poco más de pensamiento, consulta y planificación, su vida ya de por sí difícil podría hacerse mucho menos complicada. Dicho esto, me han dicho que el Departamento de Medio Ambiente está preparando una enmienda al Reglamento de Construcciones lo que permitirá en un futuro que los edificios tengan que ser proyectados de forma que sean accesibles, lo que a su vez será más fácil para los arquitectos que trabajan para sus clientes. Esta es una excelente noticia y, finalmente, podría transformar la vida de más de dos millones de personas en todo el país.

Quiero aprovechar esta oportunidad también para expresar mi gratitud al Presidente de la RIBA por su disposición a unirse a un grupo de arquitectos, planificadores, funcionarios gubernamentales, periodistas y personas discapacitadas que vinieron a almorzar conmigo en marzo para discutir este gran problema. También me gustaría decir lo impresionado que estoy de ver cómo la RIBA ha superado la dificultad de acceso a su sede en Londres por medio de una ingeniosa combinación de escaleras y rampas. Sé que muchos arquitectos son ahora plenamente conscientes de las necesidades de las personas con discapacidad y de su comprensible deseo de vivir lo más cerca de una vida “normal” como sea posible. Debido a esta toma de conciencia cada vez mayor por parte de arquitectos y planificadores, estoy seguro de que habrá un progreso considerable en este campo. Pero hay un problema particular a superar y ése es la normativa contra incendios que se aplican a todos los edificios públicos. Selwyn Goldsmith escribió sobre esto en su “Diseño para las Personas con Discapacidad”, a cuya redacción contribuyó la RIBA en 1961. En referencia a los riesgos que para las personas con discapacidad tienen los edificios y las exigencias existentes para un control estricto, dice: “Para aquellos que administran la normativa contra incendios el camino más fácil siempre es decir, ‘sí, tenemos que imponer más controles porque se preocupan de personas que mueren’. La alternativa más difícil es decir ‘no, no deberíamos, porque estamos preocupados por las personas que viven’”.

Estar preocupado por la forma en que viven las personas; por el medio ambiente que habitan y el tipo de comunidad que se crea ese ambiente sin duda debe ser uno de los requisitos principales de un buen arquitecto. Ha sido muy alentador ver el desarrollo de la arquitectura de comunidades como una reacción natural a la política de desplazar a la gente a nuevas ciudades y urbanizaciones hacinadas donde el se destruyeron las redes de apoyo de la familia extendida y se perdió la vida comunitaria. Ahora, además, estamos asistiendo a la expansión gradual de las cooperativas de vivienda, particularmente en las áreas interiores del centro de la ciudad de Liverpool, donde los inquilinos son capaces de trabajar con su propio arquitecto, quien escucha sus comentarios e ideas y trata de diseñar el tipo de entorno que desean, en lugar del arquitecto que tiende a imponerse sobre ellos sin ninguna capacidad de elección. Este tipo de desarrollo, en cuya vanguardia están personas como el Vicepresidente de la RIBA, Rod Hackney, y Ted Cullinan – un hombre tras mi propio corazón, pues cree firmemente que el arquitecto debe producir algo que sea visualmente hermoso así como socialmente útil- ofrece algo muy prometedor en términos de renovación del centro urbano y la vivienda urbana, por no mencionar el diseño del jardín comunitario.

Estoy seguro de que el tipo de desarrollo que deberíamos examinar más de cerca consiste en invitar a la comunidad de clientes a participar en el proceso detallado de proyección en lugar de exclusivamente la autoridad local. Aparte de esto, tenemos la suposición de que si las personas han desempeñado un papel en la creación de algo probablemente la tratarán como su propia posesión y cuidarán de ella, reduciendo así el problema del vandalismo. Lo que creo que es importante acerca de la arquitectura de comunidades es que se ha mostrado a la gente “normal” que sus opiniones son relevantes; que los arquitectos y los planificadores no tienen necesariamente el monopolio del gusto, el estilo y la planificación; que no necesitan sentirse culpables o ignorantes si su preferencia natural es para los más diseños “tradicionales” – para un jardín pequeño, patios, arcos y pórticos; y que hay un número creciente de arquitectos dispuestos a escuchar y ofrecer ideas imaginativas.

En ese sentido, no puedo evitar pensar en lo mucho más valioso que habría resultado un enfoque comunitario sobre el proyecto de Mansion House Square. Sería una tragedia si el carácter y el perfil urbano de nuestra capital siguiera en ruinas y San Pablo fuera eclipsada por otro enorme muñón de vidrio, más propio del centro de Chicago que de la ciudad de Londres.

Es difícil imaginar que Londres antes de la última guerra debía tener uno de los perfiles urbanos más bellos, si creemos a quienes lo recuerdan. Quienes lo hacemos, decimos que la afinidad entre los edificios y la tierra, a pesar de inmenso tamaño de la ciudad, era tan estrecha y orgánica de las casas parecían casi haber surgido de la tierra y impuesto sobre ella - surgidas por otra parte, de tal manera que el menor número de árboles fueran arrojados del camino.
Quienes lo sabían entonces y la amaban, como muchos británicos aman Venecia sin muñones de hormigón y torres de vidrio, y quienes puede imaginar cómo era, deben asociarlo con los sentimientos expresados en una de las primeras y más exitosas novelas de Aldous Huxley, Antic Hay , donde el personaje principal, un arquitecto fracasado, descubre una maqueta de Londres tan como Christopher Wren la quería reconstruir después del Gran Incendio, y describe cómo Wren estaba obsesionado con la oportunidad que el fuego dio a la ciudad para reconstruirla con una visión mayor y más gloriosa.

Entonces, ¿qué estamos haciendo a nuestra ciudad capital ahora? ¿Qué le hemos hecho desde los bombardeos durante la guerra? ¿Qué vamos a hacer en breve a una de sus zonas más famosas, Trafalgar Square? En lugar de proyectar una ampliación de la elegante fachada de la Galería Nacional, que complemente y siga el concepto de las columnas y las cúpulas, parece como si estuviéramos delante de una especie de estación de bomberos municipal, rematada por la torre que contiene la sirena. Entendería mejor este tipo de enfoque de alta tecnología si demolieran la totalidad de Trafalgar Square y se proyectara de nuevo con un solo arquitecto responsable del proyecto completo, pero lo que se propone es como un monstruoso furúnculo en la cara de un amigo muy querido y elegante.

Además, me supera por qué alguien que desee mostrar los cuadros del Renacimiento temprano pertenecientes a la galería deberían hacerlo en una nueva galería tan manifiestamente en desacuerdo con todo el espíritu de esa época de divina proporción. ¿Por qué no podemos tener esas curvas y arcos que expresan sensibilidad en el diseño? ¿Qué pasa con ellos? ¿Por qué todo tiene que ser vertical, recta, inflexible, sólo en ángulo recto - y funcional?

Como si la extensión de la Galería Nacional no fuera suficiente ahora al parecer se está planificando la ampliación del gran edificio ovalado del siglo 19, conocido como el Gran Hotel, que se levanta en la esquina suroeste de Trafalgar Square y que se salvó de la demolición en 1974 después de una campaña para rescatarlo. Al igual que con la Galería Nacional, creo que el plan es convocar un concurso para esta reforma, en cuyo caso sólo podemos criticar a los jueces y no a los arquitectos, pues sospecho que habrá algunas entradas representante de la actual escuela de pragmatismo romántico, y que podría ofrecer al menos una alternativa.

Goethe dijo una vez: "no hay nada más terrible que la imaginación sin gusto". En este año del 150 aniversario, que ofrece una oportunidad para una mirada fresca a la trayectoria a seguir y teniendo en cuenta que probablemente se estén ahora arrepintiendo de haberme pedido que participara, me permito expresar la sincera esperanza de que los próximos 150 años verán una nueva armonía entre imaginación y gusto y en las relaciones entre los arquitectos y las gentes de este país.
El "monstruoso furúnculo" del estudio Ahrends, Burton & Koralek. Propuesta ganadora del concurso de ampliación de la Galería Nacional de Londres (1982).

El "Ala Sainsbury" de la Galería Nacional, tal como fue consturida por Robert Venturi (tras un nuevo concurso convocado en 1984).

Fachada del "Ala Sainsbury" de la Galería Nacional. Arq: Robert Venturi.

Maqueta del "Ala Sainsbury" de la Galería Nacional. Arq: Robert Venturi.