Los primeros rascacielos surgen en Chicago tras el gran incendio que devastó la ciudad en 1871. Durante la reconstrucción los arquitectos se enfrentaron a nuevas necesidades como el mejor aprovechamiento del suelo, las estructuras ignífugas y la rapidez de montaje de las mismas. La respuesta a esos requerimientos técnicos estaba en el acero que permitió construir edificios de varias plantas de forma rápida y segura. Pero la respuesta técnica no era capaz por sí sola de definir un tipo edificatorio completamente nuevo y sin ningún precedente directo en la historia.
Estos edificios en altura de la Escuela de Chicago tomaron como referencia las estructuras de fachada de los palacios renacentistas italianos, aunque en muchas ocasiones a ese esquema tripartito (basamento, cuerpo principal y cornisa) se le añaden detalles obtenidos de una libre interpretación del románico, en lo que se conoce como neorrománico richardsoniano, por haber sido el arquitecto Henry Hobson Richardson quien lo tipificara y difundiese. La Escuela de Chicago desarrolla a partir de ahí un estilo personal con la figura de Louis Sullivan a la cabeza. Frank Lloyd Wright se formó en ese ambiente de libre adaptación del clasicismo a las nuevas necesidades tipológicas.
Sin embargo, esta primera tradición americana se verá superada por el triunfo definitivo del clasicismo tras la Exposición Universal de Chicago de 1893. Esta exposición fue la presentación en la sociedad norteamericana del ampuloso clasicismo Beaux-Arts y el urbanismo neobarroco con sus grandes avenidas e hitos urbanos. Si bien el clasicismo es indisoluble a la arquitectura estadounidense desde que se fundara esa nación, hasta finales del siglo XIX se había mantenido en letárgica fidelidad a la tradición palladiana iniciada por Thomas Jefferson y en cierto modo ignorante a los grandes debates de la arquitectura europea. Con la Exposición, los discípulos de los grandes arquitectos de la Escuela de Chicago muestran al país una nueva monumentalidad que trasciende tanto el austero neoclasicismo Jeffersoniano como la creativa arquitectura chicaguense. Además sirvió de demostración práctica del movimiento “Ciudad Hermosa”, que inspirado en la “Ciudad Jardín” británica y el urbanismo haussmaniano, pretendía llevar orden y belleza a las anodinas tramas urbanas ortogonales de Estados Unidos.
El estudio de arquitectura formado por Charles McKim, William Mead y Stanford White fue fundado en 1890 y llegó a ser el estudio más importante de Estados Unidos dilatando su existencia hasta mediados del siglo XX. A este estudio se deben grandes hitos de la arquitectura norteamericana como la desaparecida Estación de Pensilvania en Nueva York, que recrea la espacialidad de las termas romanas adaptadas a una estación de tren, o la segunda versión de Madison Square Garden, que dio ocio a los neoyorkinos durante treinta años hasta su demolición en 1925.
Este gran complejo lúdico, situado en el número 26 de la Avenida Madison, incluía salas de conciertos, de baile, restaurantes y estaba rematado por una torre, copia de la Giralda de Sevilla. El cuerpo del edificio en su composición recuerda al regionalismo de Aníbal González; medía 26 metros de alto y la torre 134, convirtiéndose en el segundo edificio más alto de la ciudad. Es el remate de la torre de Madison Square Garden, que albergaba dependencias privadas donde arquitecto coqueteaba con sus amantes, lo más parecido formalmente al cuerpo de campanas de Hernán Ruiz. El resto sigue el mismo esquema sencillo que la estructura almohade de ladrillo sin apenas elementos destacables. Recordemos además que en aquella época el cuerpo almohade no había sido restaurado y numerosos huecos y detalles ornamentales estaban ocultos o muy deteriorados, lo cual pudo haber influido en la percepción de la torre por parte del arquitecto, ya fuera por una hipotética visita a Sevilla o a través de las publicaciones de la época.
Vista desde la esquina noreste de Madison Square con la calle 26
Vista desde Madison Square
Alzado frontal y detalle del remate
Alzado desde la calle 26; planta baja y planta desde el primer palco.
Detalle del jardín y loggia de cubierta
Detalle de la arcada a nivel de calle
Vista del jardín de cubierta
Desconocemos si Mead viajó alguna vez a la ciudad del Guadalquivir durante su estancia en Europa a finales del siglo XIX, pero es seguro que se documentó bastante bien sobre el campanario de la catedral hispalense, como muestra el sorprendente parecido formal entre ambas torres. La neoyorquina es más purista en su articulación que el remate manierista de Hernán Ruiz, aunque el campanario sevillano es más complejo en cuanto a significados, ya que representaba el triunfo de la Fe Cristiana sobre el Islam mientras que Madison Square Garden es simplemente el triunfo del incipiente ocio consumista. En lugar de la Fe triunfante, una escultura de Diana remataba el edificio de White. La primera versión de esta Diana, realizada por Augustus Saint-Gaudens, medía 5,5 metros y fue bajada para exponerla en la Exposición de Chicago de 1893, pero fue destruida en un incendio al final de la misma. La sucedió una segunda versión de 4 metros de alto que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Filadelfia, además de varias copias que la han acabado convirtiendo en un icono del clasicismo americano y es insignia de grupos clasicistas.
La torre fue también escenario de la turbulenta muerte del arquitecto. Stanford White era un mujeriego empedernido que seducía a sus amantes en su apartamento privado de la última planta de la torre, donde estaba su famoso columpio rojo de terciopelo. White mantuvo una relación con la jovencísima actriz Evelyn Nesbit antes de que ésta se casa con el acaudalado Harry Kendall Thaw. Tras el matrimonio la actriz confesó a su marido sus relaciones prematrimoniales y éste, cegado por los celos, disparó en la cabeza al arquitecto durante una revista musical representada en el jardín de la cubierta de Madison Square Garden la noche del 25 de Junio de 1906. El asesinato fue explotado por la prensa rosa y amarilla de William Randolph Hearst y se convirtió en el crimen del siglo.
Independientemente del triste final del arquitecto, el modelo tuvo éxito y sirvió de inspiración para muchas torres y rascacielos. A partir de estas experiencias la visión del edificio en altura cambia y se pasa de la horizontalidad inspirada en el Palacio renacentista italiano, a una verticalidad inspirada en las torres medievales. La Giralda, al igual que el Campanile de San Marcos, ofrece un remate elaborado sobre una estructura relativamente sobria, justo el efecto que se buscaba para los nuevos rascacielos, donde la seña de identidad deja de estar en el basamento para subir hasta las últimas plantas. Esta influencia, muy marcada a principios del siglo XX irá diluyéndose en las primeras décadas del siglo para dar lugar al rascacielos norteamericano tipo cuyos paradigmas son el Edificio Chrysler o el Empire State, los últimos de una saga que murió con la Gran Depresión y el New Deal.
me parece realmente curioso esto que cuentas, y ¿ qué ha sido del conjunto? Un saludo
ResponderEliminarChâpeau!! Muy interesante la entrada. Nunca dejas de sorprendernos y aprendedemos un poco más. Un saludo
ResponderEliminarDidac, el conjunto fue demolido en 1925 para dar paso a otro que a su vez fue demolido en 1968 cuando se construyó el actual. Ninguno de los dos ha podido superar en originalidad ni formalismo a la "giralda" de White, que además sirvió de modelo para muchas otras durante el primer tercio del siglo XX.
ResponderEliminarMercedes, más adelante espero hablar de las otras Giraldas americanas.
Un saludo a ambos
Un post interesantísimo,Pfunes.
ResponderEliminarLo cierto es que promete esa nueva entrada sobre el resto de Giraldas americanas.
Por cierto; ¿cuando te refieres a americanas,Pfunes, te refieres a norteamericanas,la tierra del Tio Sam, o americanas(continente)?.
UN artículo realmente interesante, ya sabes que soy de los que defienden edificios antiguos como este.
ResponderEliminarTienes un nuevo premio en mi blog:
http://occidentealaderiva.blogspot.com/2009/08/premios-one-long-distance-hug-y-questo.html
Natalia, en lo que he investigado hasta ahora sólo he encontrado referencias en Estados Unidos. En España hay varias más, construidas por nostalgia y romanticismo ecléctico. Las "Giraldas estadounidenses" son siempre rascacielos que toman como referencia la versión que hizo Standford White para Madison Square Garden (a excepción de la que está en Kansas City). Habría que distinguir por tanto las que se construyeron con afán nostálgico e historicista de las que se construyeron como respuesta tipológica a los edificios en altura.
ResponderEliminarAtreides, muchas gracias por el premio.
Un saludo a ambos.
Ah, McKim Mead and White...
ResponderEliminarMe encantaría que hubiera videos de los espectáculos que se hacían ahí dentro, con réplicas de Venecia, Londres o Nüremberg...qué maravilla!!
ResponderEliminarSamtheLima, I think McKim, Mead and White were the fist classical architects able to make classical architecture for modern life.
ResponderEliminarManolo, de esa "belle epoque" sólo nos queda el recuerdo del columpio de terciopelo donde Stanford White dabe rienda suelta a sus instintos.
Un saludo.