martes, 12 de mayo de 2009

Conversaciones en torno al clasicismo (XIV)

En referencia la polémica en torno a las declaraciones del príncipe de Gales, no se trata de decir si esto es mejor o peor que aquello. Cada uno tendrá sus propias opiniones y argumentos, aunque si es verdad que tanto condenar como ensalzar un tipo de arquitectura (ya sea tradicional, moderna, postmoderna, lo que sea) por sistema es un error.

Efectivamente en el justo medio está la virtud, pero el debate entre clasicismo y modernidad ha sido maniqueo desde sus inicios. El Movimiento Moderno anuló el clasicismo y la arquitectura tradicional y la Posmodernidad simplemente ofreció una pantomima del mismo para reirse de las carencias de la arquitectura Moderna. Quienes intentaron conciliar ambas partes siguiendo ese irónico camino acabaron volviendo al redil de la modernidad criticando a unos arquitectos clasicistas que nunca llegaron a entender.

Y los nuevos clasicos no hacen otra cosa sino recoger el testigo de un gran público hastiado de "espejitos de colores", muy impresionantes formalmente pero que luego son incapaces de generar vida social. El príncipe de Gales, como muchos británicos, sigue viendo la arquitectura clásica como un generador de vida urbana y virtudes cívicas.

A día de hoy resulta difícil plantear una reconciliación entre ambas partes, habida cuenta del fracaso de la arquitectura posmoderna en ese sentido. La arquitectura clásica vuelve a ganar terreno después de décadas de excesos y "efectos Guggenheim". Las variantes actuales del Movimiento Moderno cuentan con el beneplácito de las escuelas y concursos de arquitectura.

La crisis de la farándula arquitectónica, los autodenominados "starchitects", ha vuelto a desequilibrar la balanza dando más protagonismo a un colectivo que laboriosamente y en las sombras ha devuelto el prestigio a una forma de entender la arquitectura denostada por las élites arquitectónicas durante décadas.

4 comentarios:

  1. El ejemplo de lo que comentas,Pfunes,está en el proyecto de Calatrava para el intercomunicador en el World Trade Center.
    El New York Times lo ha puesto a caldo.

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  2. El elitismo, eso si es un problema. Me ha gustado la cabecera de tu post.
    Saludos

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  3. Natalia, Calatrava es un arquitecto que levanta grandes pasiones y como bien dices también es expresivo de la situación que comento. Los Americanos, a pesar de haber sido los mayores difusores del Movimiento Moderno (asociándolo indisolublmente a las políticas del New Deal y al Plan Marshall), son bastante reacios a las extravagancias modernas y siguen prefiriendo, sobre todo para los monumentos, el clasicismo.

    Manolo, la cabecera está tomada del comentario que dejaste en la entrada anterior; me pareció muy interesante y adecuada para dedicarle una entrada a las "conversaciones en torno al clasicismo", que son diferentes reflexiones que van surgiendo al calor de conversaciones reales y virtuales. Es una forma de haceros interactuar.

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  4. HOLA,SABIENDO TANTO DE ARQUITETURA COMO NO DAS TU TEORIA DE COMO SE HICIERON LAS PIDAMIDES,Y SI QUE DARIAS EN EL CLAVO,SI LA PONES ME LO DICES QUE PASO A VERLA,DICEN QUE ESTE AÑO LO VAN A PUBLICAR EL NASIONAL GEOGRAFIC,SERIA UN PUNTO FUERTE SI TU LO SUPIERAS,NO CREES.....ABRAZOS...........ME PUEDES CONTESTAR SI QUIERES EN MI BLOG......GRACIAS......

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