domingo, 18 de abril de 2010

La importancia de la arquitectura georgiana en la actualidad

Imaginemos por un momento que estamos trabajando con un promotor inteligente y civilizado y asumamos para continuar nuestra argumentación que estamos trabajando en el diseño de un sencillo edificio de tres alturas. Su uso es para pequeñas oficinas o viviendas medianas y que el promotor ha observado que la planta baja y primera podría tener una altura libre ligeramente superior que la de la segunda planta; así que nuestro edificio, situado entre medianeras en una calle larga, podría ser como el del primer boceto (fig. 1).
fig. 1

Lamentablemente esto no indica nada, podrían ser viviendas u oficinas, pero también podría ser un bloque de pisos, un centro de salud, una escuela o prácticamente cualquier cosa. Es cierto que muestra tres plantas, pero la larga banda horizontal de vidrio obviamente significa que el muro cortina esconde las particiones interiores y en cualquier caso hay más vidrio del que necesita. El edificio será también muy caluroso en verano y muy frío en invierno. Así que vamos a mejorar la relación hueco-macizo para ser más honesto con lo que ocurre dentro del edificio (fig. 2).
fig. 2

Si estuviéramos ante un edificio Moderno, los muros podrían ser paneles prefabricados y las ventanas grandes hojas de vidrio. Muy probablemente habría una estructura de hormigón armado con sus juntas de dilatación a intervalos regulares, que encajarían en la modulación del edificio. Sin embargo, de necesitar un edificio más permanente nada nos impediría hacer los sólidos muros de carga de ladrillo y argamasa. Una cubierta inclinada no sólo sería una respuesta permanente a los problemas de humedad, sino que permitiría una planta bajo cubierta sin afectar a los ángulos de luz desde la calle. De hecho ya podemos ver la lógica de la cubierta Georgiana (fig. 3).
fig. 3

Llegados a este punto se puede comprobar que se ha llegado a un diseño satisfactorio, sencillo, práctico y económico. Ciertamente nuestro promotor estará de acuerdo con este pragmático sentido común y apreciará las sutiles referencias Georgianas. Sin embargo, podría pensar, como de hecho muchos ya pensamos, que es muy plana, sobre todo si la calle es muy larga. Y si la calle se encuentra en una zona cara, él pensaría que como arquitectos podríamos hacer algo más. Nos diría: ¿Por qué no la haces más importante e imponente? Emplearía varias palabras para expresar sus sentimientos pero lo que realmente quiere decir es que el edificio debería tener más personalidad, más carácter, la clase de cualidades que observamos en los edificios antiguos – más presencia. Cualquier constructor podría hacer nuestro diseño y el promotor podría haberse ahorrado nuestros servicios haciéndolo él mismo. Lo que realmente nos está pidiendo es darle a ese edificio más arquitectura. La construcción es sonido; ¿cómo podemos dar belleza a la construcción?

Analicemos esta fachada. Conscientes de los principios de la arquitectura clásica y con nuestros cuadernos llenos de los detalles arquitectónicos que hemos observado, estudiemos las posibilidades.

Empecemos enfatizando la funcionalidad. Hay un forjado entre el dintel de las ventanas de planta baja y el alféizar de las ventanas de planta primera; esto podría enfatizarse con un elemento separador a modo de arquitrabe. Hay otra planta sobre las ventanas del segundo piso que podrían enfatizarse con otro elemento separador, tal vez un entablamento completo.

La calle es muy larga y tal vez un poco de énfasis en el centro la saque de la monotonía. Podríamos unir los dos edificios centrales. Y habiendo enfatizado la planta baja, por qué no le aplicamos un rusticado para crear un podio para las plantas superiores.

Hecho esto, podríamos intentar encontrar un Orden que encaje entre el podio y el entablamento. Por supuesto, el entablamento debe diseñarse en proporción al Orden, pero supongamos que vamos a emplear el Orden Jónico. No es lo suficientemente largo como para encajar y tal vez podríamos realzarlo con pedestales, pero seguiríamos teniendo el problema del entablamento pues el arquitrabe y el friso podrían pisar la ventana del segundo piso. La única solución pasaría por omitir el arquitrabe. No sé que pueden pensar acerca de eliminar el arquitrabe del Orden Jónico. De hecho me gustaría que alguno me citase ejemplos donde se haya omitido el arquitrabe por razones de este tipo. Por su formación académica sabrán que Stuart y Revett fueron a Atenas a finales del siglo XVIII y midieron muchos edificios, algunos de los cuales omitían los arquitrabes. Y como resultado de sus publicaciones, algunos arquitectos pensaron que eran más académicos y cercanos a la Antigüedad si sólo proyectaban friso y cornisa. Personalmente, no creo que estos apuntes históricos signifiquen mucho más que pueden ser útiles como justificación para lo que hemos hecho, además de ofrecer al diseño un aspecto tardo-dieciochesco, porque arquitectos como Plaw y Adam siguieron este camino.

Una vez insertado un Orden Jónico y reducido el entablamento tal como hemos descrito, podríamos realzar la composición con un frontón colocado sobre las cuatro ventanas centrales (fig. 4).
fig. 4

El problema de un frontón de estas características es que hay una pilastra en el centro, lo cual es totalmente incorrecto. No hay fachadas de edificios Clásicos de ninguna época – ya sea Romana, Renacimiento o el Siglo XVIII- con una columna en el eje de simetría del frontón. Todas los modos de composición de columnas asumen un número impar de las mismas en el pórtico, por lo que un frontón como el nuestro no debería considerarse seriamente. Únicamente lo he sugerido como forma de tratar el eje de una larga y monótona fachada de ladrillo y como modo de conocer la reacción del hombre de la calle y el promotor ante un edificio con mayor presencia. El procedimiento de diseño es poco académico, sobre todo el frontón sobre cinco columnas y la omisión del arquitrabe, pero he usado este ejemplo para mostrar una de muchas miles de formas de afrontar un problema de este tipo.

He dicho que es una forma de tantas, que no es académica y que puede ser criticada desde un punto de vista histórico y artístico. Pero tal vez nos pueda interesar precisamente por no ser un caso hipotético; se ha hecho antes. Me pregunto si alguien podría adivinarlo.

Conforme abandonen el edificio y salgan a Bedford Square, miren hacia la derecha, miren hacia su izquierda y crucen la calle. Vayan y hagan lo mismo.

Extraído de una conferencia impartida en la Architectural Association, Bedford Square, Marzo de 1983.

Fuente: VV. AA. Architectural Monographs nº 27. Quinlan Terry. Accademy Editions, Londres 1993.

2 comentarios:

  1. aquí está!

    http://tinyurl.com/2b6dx2u

    lo del número impar de columnas (y par de huecos) es una desviación curiosa, y no tan excepcional, el siglo XVI español, está lleno de ejemplos, p. ej. el patio de luis de vega del palacio del pardo, supongo que todavía no conocíamos en este país la antigüedad más ortodoxa, de todas formas, un un frontón es la primera vez que lo veo. Gracias por el artículo, un saludo!

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  2. Gracias Alfonso Calderón.

    Efectivamente, el número par de huecos e impar de columnas es habitual en los patios y claustros de nuestro clasicismo español, tanto en sus vertientes más cultas como más vernáculas. Realmente una arcada se presta a ese tipo de "desviaciones" al ser un elemento continuo y repetido donde la jerarquía se obtiene por elementos adicionales a la propia arcada.

    Yo tampoco lo había visto en frontones y el edificio que cita Quinlan Terry es muy explicativo de cómo crear frontones para viviendas pareadas. Aunque lo cita como posible ejemplo a seguir y muestrario de la versatilidad del clasicismo, yo, como dicen los acróbatas y especialistas, no intentaría hacer eso en casa.

    Un saludo.

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