lunes, 2 de agosto de 2010

Parametricismo: una guerra de estilos

Traducción: Pablo Álvarez Funes.


En una entrevista exclusiva para “The Architects’ Journal”, Patrik Schumacher de Zaha Hadid Arquitectos dice que el estilo unificado de la arquitectura del siglo XXI será el parametricismo.

En mi Manifiesto Parametricista de 2008, anuncié pro primera vez que un estilo nuevo y profundo había madurado dentro del segmento vanguardista de la arquitectura durante los últimos diez años. El término “parametricismo” ha tomado impulso creciente dentro del discurso arquitectónico y su cuestionamiento crítico lo ha fortalecido. Hasta ahora el conocimiento de este estilo se ha mantenido en gran medida confinado dentro de la arquitectura, pero sospecho que el término se difundirá rápidamente una vez que los medios de comunicación empiecen a usarlo. Fuera de los círculos arquitectónicos, “estilo” es virtualmente la única categoría en la que la arquitectura se observa y reconoce. Se necesita poner nombre a un estilo para que éste reclame su actuación en nombre de la arquitectura.

El concepto de estilo merece ser defendido.

El concepto de estilo hace tiempo que perdió fuerza en el discurso arquitectónico. Dejar que este concepto se marchite únicamente empobrecería el discurso y se perdería una poderosa baza comunicativa de la arquitectura hacia la sociedad. Sin embargo, resucitar este concepto agotado y maltratado requiere una reconstrucción conceptual en términos que sean creíbles hoy día.

Lo que se interpone en este camino es la tendencia a considerar el estilo como una mera cuestión de apariencia, así como la habitual confusión de estilo con modas superficiales y efímeras. Aunque la estética influye enormemente en la arquitectura y el diseño, ni la arquitectura ni sus estilos pueden reducirse a cuestiones de apariencia. Tampoco se debe asimilar el fenómeno de los estilos al fenómeno de la moda.

Por tanto, el concepto de estilo debe quedar claramente distinguido y Por tanto, el concepto de estilo debe quedar claramente distinguido y limpiado de estas connotaciones triviales. Denota la unidad de la diferencia entre la arquitectura gótica, renacentista, barroca, neoclásica, ecléctica o moderna. La propia conciencia histórica de la arquitectura demanda la revitalización del concepto de estilo como un profundo fenómeno histórico que puede proyectarse hacia el futuro. Por ello he propuesto que los estilos se comprenden mejor entendidos como programas de diseño e investigación, en analogía al modo en que los paradigmas sirven para elaborar los programas de investigación científica.

Un nuevo estilo en arquitectura y diseño es similar a un nuevo postulado científico; redefine las categorías, procesos y métodos fundamentales de un esfuerzo colectivo coherente. La innovación en la arquitectura procede a través de la progresión de estilos así entendida. Esto incluye la alternancia entre periodos de avance acumulativo dentro de un estilo y los periodos revolucionarios de transición entre los mismos. Los estilos representan largos ciclos de innovación sostenida, reuniendo los esfuerzos de diseño e investigación en un movimiento colectivo de forma que las aportaciones individuales sean relevantes, aceptables y beneficiosas.

Desde dentro de la arquitectura, la identificación del parametricismo demarca y dinamiza un movimiento de vanguardia en proceso de maduración, lo que podría servir para acelerar su proceso y potencial hegemonía como una investigación y desarrollo colectivos. Haciendo una descripción e interpretación retrospectiva, parece justificada la enunciación del parametricismo tras diez años de una investigación estilística coherente y acumulativa. Posiblemente, la proclamación de este estilo consolidaría aún más los logros alcanzados y prepararía la transición de la vanguardia a corriente dominante. Finalmente el parametricismo ofrece una respuesta sostenible a los veinticinco años de búsqueda estilística tras la crisis de la modernidad.

El parametricismo es el gran estilo tras el Movimiento Moderno.

La Posmodernidad y el Deconstructivismo fueron meramente periodos transitorios, similares al Art Nouveau y al Expresionismo como transición del historicismo a la modernidad. La distinción entre estilos de época y estilos transicionales es importante. En un periodo de transición podemos observar tanto una rápida sucesión de estilos, como una pluralidad de estilos compitiendo entre sí. La crisis y caída del Movimiento Moderno nos ha llevado a un periodo transicional profundo y prolongado, pero no hay razón para pensar que este pluralismo no pueda ser superado por la hegemonía de un nuevo estilo. De hecho, estamos presenciando el potencial de esa unificación.

Más allá del paradigma moderno de separación y repetición.

El orden moderno de la separación y la repetición está siendo suplantado por el orden parametricista de la diferenciación y la correlación continua. Dentro del nuevo paradigma del parametricismo es de suponer que habrá cabida para estilos subsidiarios que enriquezcan y hagan progresar la nueva era del parametricismo.

La crisis de la modernidad no implica una crisis de los estilos unificados.

La crisis del Movimiento Moderno y sus consecuencias ha llevado a muchos críticos a creer que no ya no podemos aspirar a la forja de un estilo unificado. ¿Ha llegado a su fin el intenso papel de los estilos en el desarrollo de la Historia de la Arquitectura, como demuestra la secuencia Gótico – Renacimiento – Barroco – Historicismo – Modernidad? ¿Hemos llegado al fin de la Historia? ¿O se ha fragmentado en trayectorias confusas y contradictorias? ¿Celebraremos esta fragmentación de esfuerzos bajo el lema del pluralismo?

La arquitectura de hoy es una arquitectura mundial.

Cualquier proyecto de arquitectura se expone y evalúa en comparación con otros proyectos. Es posible una convergencia mundial. Esto no significa homogeneización y monotonía. Simplemente implica una consistencia de principios, ambiciones y valores a unificar de forma que se sumen esfuerzos diferentes, sean relevantes y puedan competir constructivamente entre ellos, y de esta forma establecer unas condiciones de progreso en lugar de malgastarlos en una batalla sobre fundamentos. Esta es la idea de un estilo unificado; inicialmente un programa unificado de diseño e investigación vanguardista, y eventualmente, como un sistema unificado de principios, ambiciones y valores que se constituyan en prácticas globales.

La nueva generación.

La consistencia del estilo como un programa colectivo de diseño e investigación depende de la adhesión inquebrantable a los principios e imposiciones del parametricismo. La buena noticia es que toda una generación de jóvenes arquitectos se está adhiriendo realmente a esto.

Muchos teóricos, como por ejemplo Charles Jencks, suponen que la caída de la modernidad dio paso a una era de pluralismo estético. En consecuencia, la búsqueda de un nuevo estilo unificado se ve como un anacronismo. Al parecer, cualquier estilo actual sólo puede ser uno entre muchos estilos operando simultáneamente, añadiendo una voz más a la cacofonía de voces predominante. La idea de un pluralismo de estilos es síntoma de una trivialización y degeneración general del concepto de estilo. Rechazo la aceptación complaciente, e incluso la celebración, de la aparente pluralidad de estilos como supuesto signo de nuestros tiempos. Un estilo unificado presenta muchas ventajas frente a un estado de fragmentación estilística. El parametricismo aspira a la hegemonía y derrota de los demás estilos.

La habilidad crucial del parametricismo para establecer continuidades y correspondencia entre elementos distantes se basa en principios que sostienen una alternancia ininterrumpida. La mezcla de diseños posmodernos, deconstructivistas o minimalistas sólo hace interrumpir la penetrante continuidad a largo plazo del parametricismo. El caso contrario no se sostiene porque no hay un grado equivalente de continuidad en el urbanismo posmoderno, deconstructivista o minimalista. De hecho, el parametricismo puede tomar para sí condicionantes urbanos vernáculos, clásicos, modernos, posmodernos, deconstructivistas y minimalistas, y forjar con ellos una nueva red de afiliaciones y continuidades entre y más allá de cualquier fragmento y condicionante urbano.

Preparando la guerra de estilos.

¿Cuáles son los estilos actuales que debe combatir el parametricismo? ¿Realmente existe algún tipo de pluralismo estilístico como postula Jencks? De hecho, la posmodernidad ha desaparecido y las contribuciones y avances del deconstructivismo se han incorporado al parametricismo. La corriente dominante ha vuelto de hecho, a una versión pragmática del Movimiento Moderno con una paleta levemente enriquecida; una forma de eclecticismo que combina elementos de todos los estilos subsidiarios del Movimiento Moderno. La incapacidad de la posmodernidad y el deconstructivismo para formular un nuevo paradigma viable ha dado lugar al retorno al Movimiento Moderno bajo la forma del minimalismo como único estilo capaz de enfrentarse consistente e ideológicamente con el parametricismo. La lucha principal por la hegemonía estilística se da por tanto entre el minimalismo y el parametricismo.

El parametricismo reclama una validez universal.

El parametricismo no se puede descartar como trabajo de firma excéntrica que sólo produce iconos intelectuales. El parametricismo es capaz de ofrecer todos los componentes para el alto rendimiento del nivel de vida contemporáneo. Todos los momentos de la vida contemporánea quedan singularmente individualizados en una textura continua y ordenada.

Los últimos trabajos de Zaha Hadid Arquitectos son mucho más que proyectos sacados de un manifiesto experimental; tienen éxito como proyectos de alta representatividad en el mundo real. Las estaciones de teleférico de Nordpak en Innsbruck son un buen ejemplo. Ningún otro estilo podría haber logrado esta coincidencia de variación adaptativa a las diferentes condiciones del lugar con una coherencia genotípica a través de variantes fenotípicas. El parametricismo está dispuesto a ser la corriente principal. La guerra de estilos ha comenzado.

Patrik Schumacher es socio de Zaha Hadid Arquitectos.

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