El pasado 31 de marzo se celebró la sexta edición del premio Richard H. Driehaus en el auditorio “John B. Murphy Memorial”, en Chicago. Los galardonados fueron Andres Duany y Elizabeth Plater-Zyberk, el matrimonio y pareja profesional que lideran la firma Duany Plater-Zyberk & Company (http://www.dpz.com/), en Miami. El premio Richard H. Driehaus es un galardón otorgado en vida a un arquitecto cuyo trabajo personifique los principios clásicos y tradicionales de la arquitectura y el urbanismo en la sociedad contemporánea, a la vez que genera un entorno positivo, duradero y con vocación artística y cultural.
Este magnate americano, apasionado por la arquitectura tradicional, creó este premio en 2003 como contrapeso al conocido Pritzker (que premia la contemporaneidad de las soluciones proyectuales). La Universidad de Notre Dame en Indiana es la encargada, mediante un jurado que preside el Sr. Driehaus y el Decano de la Universidad, de seleccionar a los aspirantes al premio.
Los destinatarios de años anteriores han sido:
2007: Jaquelin T. Robertson (http://www.cooperrobertson.com/)
Este premio es un gran avance en el reconocimiento de la Arquitectura Clásica Contemporánea como una opción proyectual más. La difusión de este tipo de iniciativas es una manera de mostrar tanto al gran público como a la crítica arquitectónica que el Clasicismo tiene mucho que decir hoy día, y que sus valores siguen siendo válidos en nuestra sociedad contemporánea. Frente al Pritzker, que valora el gesto ingenioso y el atrevimiento de las soluciones, el Driehaus pone en valor la capacidad para revitalizar la tradición clásica arquitectónica sin por ello incurrir en los guiños postmodernos de ironías, dobles códigos o gestos icónicos. Supone pues la superación por parte del Clasicismo de la Modernidad (que lo excluyó de la práctica arquitectónica) y de la Postmodernidad (que prácticamente lo reconvirtió en un repertorio kitsch al que acudir para criticar a la modernidad). Con todo esto, el clasicismo deja de ser una pieza de museo o un debate teórico para colocarse dentro de las corrientes arquitectónicas modernas.
Por otro lado es necesario establecer la distinción entre los arquitectos formados en Europa (Krier, Porphyrios y Terry) y los formados en Estados Unidos (Greenberg, Robertson y Duany Plater-Zyberk), ya que constituyen dos grupos diferenciados tanto por su forma de entender el clasicismo como por la forma en que lo ponen en práctica.
Mientras el primero tuvo que lidiar con la ya establecida tradición moderna, que excluía al clasicismo de la nueva práctica arquitectónica, el “grupo estadounidense” recibió una formación que hacía compatible ambas opciones, en un ambiente ecléctico que fue el caldo de cultivo para la gestación teórica y práctica de la postmodernidad. A eso hay que añadir el peso de la tradición arquitectónica europea (que influye en la canonicidad de las soluciones aplicadas en busca de la pureza ilustrada o neopalladiana), frente a la ausencia de la misma en Estados Unidos, donde esa tradición no aparece hasta finales del siglo XIX, metida de lleno en la crisis de los eclecticismos.
Será entonces hacia el ámbito anglosajón a donde deberemos dirigir nuestras miradas para comprender qué es el clasicismo contemporáneo y por qué sigue existiendo hoy día como Arquitectura (con Mayúscula).
Sin embargo, llama la atención la exclusividad anglosajona dentro de los galardonados. A pesar de que Krier sea luxemburgués y Prophyrios griego, ejercen su profesión generalmente en ámbitos anglosajones. Indagar en las causas de la buena aceptación y difusión que tiene el clasicismo en los países de habla inglesa será una cuestión que trataremos más adelante, aunque adelantaremos que se basa en dos pilares: continuidad de la tradición y ausencia de estigmas políticos al no haberse visto estos países afectados directamente por la megalomanía clasicista que tanto caracterizó a los regímenes totalitarios del siglo XX.
Por otro lado es necesario establecer la distinción entre los arquitectos formados en Europa (Krier, Porphyrios y Terry) y los formados en Estados Unidos (Greenberg, Robertson y Duany Plater-Zyberk), ya que constituyen dos grupos diferenciados tanto por su forma de entender el clasicismo como por la forma en que lo ponen en práctica.
Mientras el primero tuvo que lidiar con la ya establecida tradición moderna, que excluía al clasicismo de la nueva práctica arquitectónica, el “grupo estadounidense” recibió una formación que hacía compatible ambas opciones, en un ambiente ecléctico que fue el caldo de cultivo para la gestación teórica y práctica de la postmodernidad. A eso hay que añadir el peso de la tradición arquitectónica europea (que influye en la canonicidad de las soluciones aplicadas en busca de la pureza ilustrada o neopalladiana), frente a la ausencia de la misma en Estados Unidos, donde esa tradición no aparece hasta finales del siglo XIX, metida de lleno en la crisis de los eclecticismos.
Será entonces hacia el ámbito anglosajón a donde deberemos dirigir nuestras miradas para comprender qué es el clasicismo contemporáneo y por qué sigue existiendo hoy día como Arquitectura (con Mayúscula).
(El premio Direhaus consiste en esta reproducción en bronce del Monumento de Lisícrates en Atenas, además de una contribución en metálico de 200000$)
Procedencia de la imagen: http://driehausprize.nd.edu/
Procedencia de la imagen: http://driehausprize.nd.edu/
Hola, estreno tú espacio de blog.
ResponderEliminarNo se, necesario quizás algunas imagenes para hacerme una idea de qué es lo que se premia.
Me parece interesante lo que dice de la interpretación del clasicismo. Incluso me pregunto ¿cómo lo interpretas tú? Sería interesante ver algunos ejemplos.
Después de leerlo tengo la sensación de ser una persona ciega a la que le están explicando los colores. Imposible por lo menos para mí
Saludos de la_pequeña_alquimista
sinceramente, que pena que haya gente que promueva esta arquitectura como un estilo a continuar.
ResponderEliminarLa arquitectura clásica es bella pero quedó en el pasado, no pertenece a nuestra sociedad.
te pregunto, que te parece si los directores de cine se deciden por regresar al cine mudo? es eso lo que la sociedad busca?
En la arquitectura (que es otra arte) es igual. Se respeta el pasado pero no se lo prolonga.
Estimado George:
ResponderEliminarMe gustaria invitarte, ya que pareces conocer las necesidades de la sociedad actual, a que nos reveles cuáles son esas necesidades y si la arquitectura actual es capaz de satisfacerlas.
Iniciativas como las del Premio Driehaus vienen a demostrar que la arquitectura moderna/contemporánea no es capaz por sí sola de satisfacer las necesidades de una sociedad alienada por el pensamiento único del Movimiento Moderno.
Muchas gracias por tu comentario.
Yo no sé si cine mudo,pero a algunas pelis si les quitaran el sonido, saldríamos ganando,jajaja...
ResponderEliminar