La horizontalidad de los Países Bajos, unido a sus caudalosos ríos, favorecieron la presencia de enclaves comerciales desde época prerromana, que evolucionaron hasta puertos fluviales durante la Edad Media. Brujas fue el primero de ellos, entrando incluso a formar parte de la prestigiosa Liga Hanseática en el siglo XII. La Baja Edad Media fue el periodo de mayor prosperidad de la ciudad, cumpliendo las veces de nodo entre las rutas comerciales mediterráneas y las bálticas. Durante el siglo XV la ciudad fue sede de la corte de los Duques de Borgoña, lo que atrajo a artistas, banqueros y personalidades relevantes de toda Europa a la vez que se formaba una pujante industria de paños. A finales del siglo XV Brujas tenía unos 200000 habitantes. Pero a principios del siglo XVI el Zwin, el canal que comunicaba la ciudad con el mar, había acumulado demasiados sedimentos y se volvió inservible para la navegación, hecho que marca el fin de la prosperidad de Brujas, que cede el relevo a Amberes.
Pero la ruina de Brujas ha sido lo que ha preservado a esta ciudad de reformas posteriores y lo que le ha dado fama durante el siglo XX como pintoresca ciudad con interesantes ejemplos de arquitectura doméstica medieval además de algunos edificios del periodo clasicista que a nosotros nos interesa.
El arquitecto Pieter Huyssens también construyó entre 1619 y 1642 una Iglesia para los Jesuitas en Brujas, Santa Walburga, sobre una iglesia anterior románica. Al igual que la Iglesia de los Jesuitas de Amberes repite el esquema de planta basilical de tres naves separadas por columnas toscanas. La fachada es quizá la más romana de las realizadas por el arquitecto, con claras similitudes a la Iglesia de Santa Susana en Roma de Carlo Maderno. Se divide esta en dos niveles, el central más elevado en correspondencia con la nave central; el nivel inferior es corintio con su entablamento completo sobre zócalo, con columnas adosadas en el cuerpo central y pilastras dobles en los laterales. El superior es de orden compuesto sobre pedestal (para permitir verlo desde cualquier punto sin que el entablamento del nivel inferior lo oculte); ocupa un solo cuerpo con columnas adosadas y rematado por un frontón partido. Ambos niveles se enlazan mediante volutas.
Santa Walburga. Fachada
Santa Walburga. Interior
Cerca de la antigua Catedral de Brujas (San Donato, demolida entre 1799 y 1815) se alza el Palacio Episcopal, un edificio contundente que expresa a la perfección el triunfo de la Contrarreforma. Construido por el arquitecto Cornelius Verhouven, es un edificio compacto, de una sola crujía y dos plantas que se corresponden con dos niveles de órdenes arquitectónicos: jónico sobre zócalo en planta baja, con el entablamento completo, y compuesto en planta primera, sobre pedestal y rematado por balaustres sobre el entablamento completo. Las ventanas ocupan prácticamente todo el intercolumnio, como adaptación de la arquitectura vernácula al clasicismo, lo que da al edificio un aspecto muy ligero. Además hay un marcado contraste entre el azul de la estructura portante de las columnas y el amarillo del cerramiento. Una gran portada rematada por la Verdad, la Caridad y la Justicia, es el acceso principal al edificio, complementado en el otro extremo por una portada similar sin remate añadida a principios del siglo XX para dar más regularidad al edificio.
Palacio Episcopal de Brujas. Vista general
Palacio Episcopal de Brujas. Detalle de la portada
El Palacio en una foto de principios del siglo XX
El triunfo de la reforma anglicana en Inglaterra provocó la emigración de muchos católicos ingleses a Francia y Flandes. En 1629 se funda el Convento Inglés para la acogida de los católicos ingleses perseguidos. El convento creció poco a poco y llega a su forma actual en el siglo XVIII, cuando el arquitecto Henry Pulinx construye la Iglesia. La fachada, actualmente cegada (sólo se puede acceder desde el interior del convento) está flanqueada por pilastras compuestas pareadas sobre zócalo con un entablamento completo rematado por un frontón curvo. El entablamento está partido para permitir un arco que ilumina el interior. Se trata de un ejemplo del palladianismo inglés en un momento en el que Europa continental se dejaba seducir por las extravagancias del rococó.
Convento Inglés. Fachada
Convento Inglés. Detalle de la fachada
En la misma Plaza del Burgo, rodeado de edificios góticos y neogóticos entre los que hay que destacar la Basílica de la Santa Sangre, se erige el Landhuis (Tribunal), sobria construcción de 1726, obra del Arquitecto Jan van der Crayce. Es de planta cuadrangular distribuida en torno a un patio con un gran acceso a través de un pórtico dórico.
Tribunal de Brujas. Exterior
Tribunal de Brujas. Interior
En 1745 se decide trasladar el mercado del pescado desde Grotte Markt al norte de la ciudad. El mercado permaneció al aire libre hasta 1821 cuando el arquitecto Jean Robert Colloigne construye unos pórticos para albergar los puestos, dando lugar a un bello ejemplo de arquitectura civil neoclásica. Los pórticos de columnas toscanas sin pedestal, rodean toda la plaza y un gran arco de medio punto da paso al patio interior, en cuyo centro hay una fuente rematada por un obelisco.
Vismarkt (Mercado del pescado). Acceso
Vismarkt. Plaza interior
Vismarkt. Lateral
La Bolsa de Brujas era un gran edificio cubierto gótico que perdió su razón de ser con la decadencia comercial de Brujas. La falta de mantenimiento hizo que se demoliera a finales del siglo XVIII y fuera sustituido por un gran edificio neoclásico que en 1887 fue sustituido por un edificio neogótico dentro de los programas generales de restauración en estilo de las ciudades históricas y que en Brujas dio ejemplos muy interesantes.
Vista de la Plaza en el siglo XIX. A la izquierda el Tribunal antes de la reforma neogótica
El Tribunal en la actualidad
Por último, a caballo entre la arquitectura doméstica y la religiosa está una tipología típicamente flamenca, los Beguinajes. Las beguinas eran mujeres que vivían juntas para llevar una vida religiosa sin pertenecer a ninguna orden. Este ejemplo era relativamente común en toda la cristiandad, si bien solían ser la fase previa a la fundación de un convento, pero en el caso flamenco los beguinajes permanecieron hasta el siglo XIX. El de Brujas se compone de una treintena de casas distribuidas en torno a un patio central y presididas por una iglesia. Está completamente rodeado de muros y se accede por dos grande puertas construidas en el siglo XVIII. Actualmente está ocupado por una comunidad de benedictinas y su visita ofrece unos momentos de paz y tranquilidad en la ya pacífica y tranquila ciudad de Brujas.
Oiga, me está haciendo mucho bien seguir su Blog. Estoy aprendiendo algunas nociones básicas de arquitectura. Sobre Flandes, lo único que le puedo añadir es ue estoy loco por conocerla.Por la belleza y por la herencia que dejamos por allí
ResponderEliminarUn saludo.
Bate, Flandes es una provincia preciosa. Es fácil desplazarse de una ciudad a otra gracias a unos eficientes ferrocarriles.
ResponderEliminarA pesar de haber sido un punto importante del Imperio Español, la presencia española en Flandes ha dejado pocos testimonios directos más allá de escudos que coronan algunos ayuntamientos, como el de Amberes, o esculturas conmemorativas recientes, como la de Luis Vives en Brujas.
Es más común encontrar herencia flamenca en España, desde la cantidad de libros impresos en Amberes, a los tapices flamencos que adornan iglesias y catedrales.
Un saludo
Precioso lugar, para disfrutar con cada uno de sus rincones y sus edificios. Por algo fué enclave privilegiado y disputado de antiguos reyes y nobles, y sobre todo, por el poder eclesiástico.
ResponderEliminarTus textos siempre son auténticas lecciones históricas.
Un abrazo.
Logan y Lory, los Países Bajos fueron desde siempre un importante nodo comercial gracias a sus puertos fluviales, que permitían disfrutar de las ventajas del comercio sin los inconvenientes de los temporales costeros en una época donde la navegación era una actividad con mucho riesgo. De ahí que desde siempre fueran objeto de disputas; como ya dijimos antes, la recaudación por los impuestos del puerto de Amberes igualaba a la del oro de Indias.
ResponderEliminarLos edificios siguieron a la prosperidad y no viceversa. Las guerras de religión afectaron negativamente a esta zona, pero los principales intervinientes fueron siempre las potencias Europeas (generalmente España y el Sacro Imperio contra Francia y Holanda) que buscaban socavar el poderío español a la vez que sentar las bases de su hegemonía política y comercial.
Un saludo
Brujas es una ciudad maravillosa,querido Pfunes.
ResponderEliminarUna ciudad para perderse.Mi cuñado vive allí desde hace seis años y solemos ir a visitarle de vez en cuando.
El Tribunal es una absoluta maravilla.A mi amigo Eric siempre le digo que nuestros Tercios se paseaban por allí como Pedro por su casa,jeje.
Un post magnífico.Como siempre.
Un beso.
Natalia, al haber sido durante siglos una "ciudad sin importancia" se ha podido conservar perfectamente su centro histórico ya que cuando volvió a cobrar importancia existía una conciencia sobre la conservación del Patrimonio que impidió arrasar la ciudad y sustituirla por otra más moderna.
ResponderEliminarA mí me llenó de curiosidad y orgullo ver el escudo de armas de los Austrias en el Ayuntamiento de Amberes.
Un saludo
He visto esta noticia:http://www.elmundotoday.com/2009/05/calatrava-disena-una-cosa-blanca-con-pinchos-para-la-zona-cero/
ResponderEliminarY he pensado inmediatamente en VD.
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http://www.elmundotoday.com/2009/05/calatrava-disena-una-cosa-blanca-con-pinchos-para-la-zona-cero/
ResponderEliminarPasé por Brujas hace muchos años en un autobús de Alsa que iba para Hamburgo. Serían las tres de la madrugada y circulando a toda pastilla entre aquellos edificios tan impresionantes tuve la sensación de que en aquella ciudad había ocurrido, alguna vez, algo importante. Estoy seguro de que aquí han inventado algo gordo, pensé, y entonces no supe qué podía haber sido.
ResponderEliminarMeses despues me vino la respuesta: allí habían inventado el capitalismo.
Chippewa, gracias por los enlaces. Ya conocía el "erizo" de Calatrava en Nueva York pero ha sido divertido leer esa noticia.
ResponderEliminarBrujas fue el primero de los emporios comerciales flamencos. Más que el capitalismo diría que allí se sentaron las bases para el mercantilismo.
Un saludo