Agradecemos a la arquitecta María Fernanda Sánchez, Directora de Estudio Urbano, la referencia a este vídeo así como la sugerencia de su publicación. La Sra. Sánchez ha organizado recientemente el Primer Festival de Arte Cívico Genialidad Krier en Guatemala.
Página del Director: Álvaro Gámez
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Atitlán 2050 es el título de un cortometraje del guatemalteco Álvaro Gámez, ganador del Festival Ícaro 2009 en la categoría de cortometraje experimental. El vídeo es una reflexión sobre el hipotético futuro del lago Atitlán, uno de los mayores de Guatemala, que hacia 2050 habría sucumbido a una agresiva urbanización para su aprovechamiento turístico, con la consiguiente pérdida de calidad ambiental y patrimonial del entorno así como la desaparición de valores y costumbres tradicionales que dan paso a la globalización.
El documental emplea montajes fotográficos sencillos pero muy simbólicos, al ritmo de la Rapsodia en Blue, compuesta por el estadounidense George Gershwin en 1924. Los montajes muestran fotografías del estado actual del lago, en un estado de casi idílica virginidad sobre los que se van superponiendo los hipotéticos cambios a los que se vería sometido el lago: autopistas, urbanizaciones, rascacielos que sustituyen a los edificios tradicionales e incluso los propios habitantes verán cambiar su indumentaria, viviendas y comercios por otros más globalizados.
A la vista de este documental debemos reflexionar sobre las consecuencias del consumismo desaforado, del que el lumpenturismo que se muestra en el cortometraje no es sino una de sus múltiples caras, y sus consecuencias sobre el medio ambiente y el entorno construido. El Movimiento Moderno es cómplice y verdugo en estas actuaciones, pues su propia filosofía de hacer tabula rasa con el mundo y la tradición lo convierte en la justificación arquitectónica adecuada para estos desmanes. Su génesis proyectual “internacional” hace que sus propuestas puedan insertarse con arrogancia en cualquier lugar del mundo, pues en todas partes hacen el mismo daño. En definitiva una reflexión sobre los efectos del consumismo y los sueños de la modernidad sobre el entorno natural y tradicional.
Sirva para los lectores españoles como ejemplo de todo esto, las actuaciones que las costas españolas sufrieron durante la segunda mitad del siglo XX, una fiebre constructiva desaforada que las convirtió en lugares vacacionales masificados que desvirtuaron totalmente el paisaje, arquitectura y modos de vida de quienes habitaban esas zonas. La propia burbuja inmobiliaria que ahora pincha en España es otra de esas caras, que nos ha dejado brutales ensanches urbanos donde se vendía hacinamiento a precio de oro (con un mal entendido concepto de lujo que ni siquiera alcanzaba a los materiales).
Estimado P. Funes:
ResponderEliminarAgradezco la reflexión tan acertada al cortometraje. Quisiera agregar un dato sumamente curioso: Este guión fue creado en el año 2008 e inscrito al Festival de Cine Icaro 2009. Durante los meses en los que las piezas fueron sometidas al jurado, el lago de Atitlán en Guatemala se torno de color verde debido a la Cianobacteria que creció en horas a velocidades astronómicas en toda la extensión del lago, como resultado del pésimo uso que se le ha dado al lago, las malas prácticas para eliminar desechos sólidos, la contaminación de fertilizantes en plantaciones que drenan al lago, etc, etc, etc. Por tanto, el título de la obra se equivocó por 40 años pues el lamentable evento que narra la película, se nos vino encima antes de lo esperado. Adicionalmente, dejando la parte ecológica por un lado, la desculturización que ya se ha venido dando durante años, es un proceso imposible de detener en todas las áreas culturales. La música final del corto que suena mientras aparecen los créditos, es una obra para Marimba muy conocida en Guatemala titulada el Ferrocarril de los Altos. Como simil a la historia, esta música también se transforma --desculturiza-- migrando poco a poco al mismo Ferrocarril de los Altos pero en una asquerosa e insulsa versión tecno/house que aniquila a la versión original, como una sátira a lo que está sucediéndonos en Guatemala.
Alvaro Gámez
Estimado Álvaro,
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario aclaratorio. Es una lástima que estemos perdiendo nuestras raíces culturales para sustituirlas por una masa informe globalizadora que para nada nos está enriqueciendo, más bien lo contrario: nos sume en un modo de vida materialista y prefabricado donde el derroche del consumista y la suntuosidad de nuevo rico priman sobre todo lo que verdaderamente nos hace seres humanos.
Realmente triste lo que me cuentas sobre la contaminación de un lago tan hermoso. Y tristemente irónico y desgarrador el uso final de esa canción popular. Me ha recordado mucho a lo que está pasando en España en los últimos años.
Un saludo.