Damnatio memoriae es el nombre de un proceso administrativo romano mediante el cual el senado "condenaba la memoria" (su traducción literal) de emperadores o miembros relevantes de la sociedad romana por considerarlos enemigos públicos. La Damnatio memoriae tiene sus orígenes en el Antiguo Egipto, donde era un proceso seguido por los faraones para con sus predecesores con el fin de erradicar su culto y por tanto eliminarles la posibilidad, según su religión, de la vida eterna. Sin embargo, en Roma adquiere un tinte menos religioso y se emplea como práctica administrativa consistente en embargar sus propiedades, borrar su nombre de las inscripciones públicas y destruir sus estatuas, consiguiendo en definitiva provocar el olvido de dicha persona para las generaciones futuras. Sin embargo, debido a los estragos del tiempo, es imposible saber cuántos personajes públicos romanos sufrieron realmente este proceso. Lejos de desaparecer con la caída del Imperio Romano, la damnatio memoriae se convirtió en un procedimiento recurrente para hacer olvidar al pueblo tanto los errores como las virtudes de los gobernantes fallecidos o derrocados.
En la imagen, el frontispicio del Edificio Central del CSIC antes y después de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. El texto en latín alusivo a su fundación durante época franquista ha sido sustituido por un bloque de piedra que deja únicamente visto el relieve del árbol de la ciencia, símbolo de esta institución. Objetivamente hablando, se trata de una aplicación de la damnatio memoriae al amparo de la legislación vigente. El resultado de la intervención es discreto y no altera el aspecto general del magnífico edificio proyectado por Miguel Fisac.
Buenas noches,
ResponderEliminarMás que damnatio memoriae es higiene moral y simbólica. En Alemania también se realizó