sábado, 9 de abril de 2011

Contexto histórico de la arquitectura hispanomusulmana (II): Reinos de Taifa (1031-1085)

 Los Reinos de Taifa hacia 1037


 Los Reinos de Taifa hacia 1085

El papel integrador que había cumplido la dinastía omeya de Córdoba en al-Andalus desapareció tras el hundimiento del califato a causa de las guerras civiles de comienzos del siglo XI, dando paso a un período de fragmentación política conocido como el de los Reinos de Taifas. Surgieron entonces algunas dinastías locales, como los hudies en Zaragoza, los du-l-nuníes en Toledo, los abadíes en Sevilla y los ziríes en Granada. Todas ellas conjugaron la debilidad política con el esplendor cultural y artístico, uno de cuyos mejores testimonios es el palacio hudí de la Aljafería en Zaragoza, que hereda las soluciones tipológicas ensayadas durante el califato en la Mezquita de Córdoba y el Palacio de Medina Azahara.

Palacio de la Aljafería, Zaragoza (1065-1081). Planta del palacio en época taifal. 

Palacio de la Aljafería, Zaragoza (1065-1081). Alzado principal. 

 Palacio de la Aljafería, Zaragoza (1065-1081). Patio de Santa Isabel. 

 Palacio de la Aljafería, Zaragoza (1065-1081). Salón dorado. 

 Palacio de la Aljafería, Zaragoza (1065-1081). Planta del palacio en la actualidad. 

Palacio de la Aljafería, Zaragoza (1065-1081). Volumetría. 

Para saber más sobre el Palacio de la Aljafería:

Almagro, Antonio. La Aljafería de Zaragoza. Actas de las I Jornadas de Cultura Islámica. Al-Andalus, ocho siglos de historia (Toledo 1987). Ed. Instituto Occidental de Cultura Islámica. Madrid, 1989, pp.128-134. (disponible en Digital.CSIC).

Almagro, Antonio. La imagen de la Aljafería a través del tiempo. Evolución morfológica. La Aljafería II, Zaragoza, 1998, pp. 407-421. (disponible en Digital.CSIC)


Cabañero Suiza, Bernabé. La Aljafería de Zaragoza. Artigrama, núm. 22, Universidad de Zaragoza. Departamento de Historia del Arte, 2007. pp. 103-129. (disponible en Digital.CSIC)


Lectura impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 28 de Enero de 2011.
Autor: Pablo Álvarez Funes

4 comentarios:

  1. Ya sé que este es un blog centrado en la arquitectura. Pero el ver asociar arquitectura y palacios con explendor cultural, me hace pensar en los palacios del Rey de Marruecos, en la Mezquita impresionante que construyó, en el explendor "cultural" de Marruecos y en la situación real del pueblo marroquí. ¿Se puede hablar de explendor cultural, por el número de palacios? Allí donde se construyen grandes palacios... ¿no estamos ante un pueblo explotado económicamente y una élite política que alardea de su poder mediante grandes y lujosas construcciones? Es una pregunta, más que una respuesta, porque desgraciadamente muchas personas se identifican más tarde con la arquitectura, que es lo que nos queda, pero poco se habla de los impuestos recaudados o de los trabajadores, puede que forzosos, que realizaron esas construcciones para deleite y disfrute de una pequeña casta dominante.

    ¿Se tiene en cuenta este factor social en arquitectura? ¿El explendor de ciertas construcciones, se puede extrapolar a unas buenas condiciones de vida de la sociedad de ese tiempo, o siquiera a un explendor cultural? ¿No forman parte estas construcciones de la propaganda oficial de la élite, una demostración de poder? Saludos.

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    1. eso ese comentario a dado asco no te fijas en el significado real de arquitectura no te quieren en este blog fuera stop

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  2. Querido Stop, si las grandes construcciones arquitectonicas no las hubieran hecho gente poderosa no habrían existido y no podríamos hablar del arte de la arquitectura. ¿O quien supones que levantaron las grandes catedrales españolas y europeas? ¿La gente pobre? Ya sabemos que solo las utilizaban las familias reales y las grandes familias pero no por ello son bellismas edificaciones que merecen la pena ser admiradas y visitadas. Saludos.

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  3. Querido Stop, creo que Wafah ha respondido con claridad tu duda. Quienes trabajaban en esos grandes palacios y templos se sentían orgullosos de ello, pues su esfuerzo se hacía para mayor honra de sus gobernantes y de Dios (o de Alá). Es más, las condiciones de vida de esos trabajadores eran bastante buenas para los estándares de la época, ya que se trataba de la mejor mano de obra disponible en cada lugar.

    Wafah, gracias por tu comentario. En realidad muchas catedrales se levantaron gracias a pequeñas donaciones populares, ya que era un honor para la época saberse partícipes de la construcción de estos edificios, además de que las ciudades rivalizaban entre sí por tener los mejores edificios civiles. Aparte de eso, si bien es cierto que la mayoría de capillas y criptas eran usadas por las familias más pudientes (que por otro lado eran quienes costeaban la mayor parte de las construcciones), en muchos casos se disponía de criptas "menores" para el enterramiento de la gente humilde.

    Saludos a ambos.

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