Capilla real (azul claro) y Catedral Gótica (azul oscuro).
Cuando Fernando III reconquista Córdoba en 1238 ordena la destrucción de todas las mezquitas de la ciudad, que serían reemplazadas por iglesias gótico-mudéjares. Sin embargo, el Rey se sintió maravillado ante la rotundidad de la Mezquita Aljama y decidió conservarla, ocupando únicamente la cúpula de entrada a la ampliación de Al-Hakem II, que a partir de entonces se denominará Capilla de Villaviciosa y definirá el foco cristiano de la Mezquita-Catedral mientras el resto permanece inalterado. Su hijo Alfonso X el Sabio decidió construir una nueva capilla en la que ser enterrado, justo al lado de la de Villaviciosa. Para ello requirió de mano de obra islámica que diera continuidad a la construcción y no se introdujeran aportes formales y espaciales góticos. En la Capilla Real se repite por tanto el mismo esquema de las cúpulas ya construida aunque con una decoración más profusa y menos tensa.
Fachada de la Capilla Real
Cúpula de la Capilla Real.
La primera gran intervención vendrá de la mano del Obispo Manrique quien, en 1489, en medio de fervor de la guerra contra Granada, decide acometer la transformación de la Mezquita en una auténtica iglesia cristiana, pues la isotropía espacial de la Mezquita dificulta la liturgia, eminentemente axial.
Planta de cubiertas de la Catedral Gótica, Capilla de Villaviciosa y Capilla Real.
Sección transversal de la ampliación de Alhaquén II. Se aprecia en segundo plano las cubiertas de la Catedral Gótica.
Por tanto el primer paso fue abrir una nueva nave longitudinal lo cual se consiguió sustituyendo tres arcos de herradura por uno ojival. Pero esta intervención se realizó de forma cuidadosa e inteligente por los constructores cristianos, quienes aprovecharon el límite entre las mezquitas de Abderrahmán II y Al-Hakem II para apoyar los arcos, de forma que sólo fuese necesario reforzar un lado de los mismos. La cabecera de la nueva Catedral se ubicó en la Capilla de Villaviciosa, colocando el crucero de la Catedral en la antigua entrada a la ampliación de Al-Hakem II y marcando así el definitivo cambio de orientación del templo para uso cristiano en un punto muy simbólico de la antigua Mezquita.
Vista de la Catedral Gótica hacia la Capilla de Villaviciosa, que hace las veces de presbiterio.
Triple arcada a los pies de la Catedral Gótica, a la derecha se aprecia el muro horadado de la quibla de la ampliación de Abderramán II con sus dobles columnas.
Lectura impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 21 de Enero de 2011.
Autor: Pablo Álvarez Funes
Pues que quieres que te diga, tu eres un experto en arquitectura, pero a mi me sigue pareciendo una herejía lo que hicieron con la mezquita poniendo ese añadido que no pega ni con cola. No creo que se pueda justificar un parche como ese pero opiniones hay muchisimas y me gustaría saber cual es la tuya. Saludos.
ResponderEliminarWafah, mi opinión es la que lees en el artículo. A pesar de que puede parecer un cuerpo extraño en la malla isotrópica de columnas lo cierto es que la Catedral Gótica está insertada con genial maestría aprovechando las cualidades estructurales de la Mezquita.
ResponderEliminarProbablemente su sencillez desluce entre el esplendor de las ampliaciones de Abderramán II y Alhaquén II, pero precisamente su ubicación tras la quibla horadada y justo en el mismo eje que la Capilla de Villaviciosa contribuye a la continuidad espacial de los muros perpendiculares a la quibla, que en ningún momento se ve rota. De hecho, es una incidencia en la lectura de las naves paralelas a la quibla de las que hablamos en la primera entrada sobre la Mezquita de Abderramán I, además reafirma el hito lumínico de la Capilla de Villaviciosa.
En cualquier caso es toda una lección de intervención sobre el Patrimonio, pues los arquitectos góticos respetaron y aprovecharon la estructura espacial de la mezquita, invirtiendo su direccionalidad para adaptarla a la liturgia cristiana.
Saludos.