Edición española del tratado de Vignola (Barcelona, 1851). Frente a la complejidad teórica de Palladio, la sencillez del tratado de Vignola facilitaba su asimilación durante un siglo XIX preocupado por el formalismo.
Después de la Ilustración, el palladianismo en España vuelve a refugiarse en el ámbito académico y bibliográfico. La arquitectura española del siglo XIX tomará como referencia la francesa con una clara influencia de Vignola sobre los demás teóricos del Renacimiento. El debate sobre un estilo nacional, germen de los eclecticismos, se desarrolla tardíamente en España y se difumina en una pléyade de pintorescos regionalismos, como se puede ver en la arquitectura que ha sobrevivido a las exposiciones internacionales de Sevilla y Barcelona en 1929. Cuando tras la Guerra Civil la dictadura franquista busque un estilo representativo para el nuevo régimen, mirará hacia la arquitectura herreriana despojada ya de todo vínculo con Palladio. Los edificios de inspiración palladiana más destacables de este periodo son el Ministerio del Aire, del Arquitecto Luis Gutiérrez Soto; y la Universidad Laboral de Gijón, construida entre 1946 y 1956 por el arquitecto Luis Moya Blanco, quien proyectó explícitamente un atrio corintio para la entrada principal. Fernando Chueca Goitia y Rafael Manzano Martos continuaron esta tendencia en sus edificios clásicos.
Plaza de España, Sevilla (1914-1929). Arquitecto: Aníbal González Álvarez Osorio (1876-1929). La Plaza de España supone la culminación del debate sobre el "estilo sevillano".
Palacio Nacional de Montjuic, Barcelona (1926-1929). Arquitectos: Eugenio Cendoya (1894-1975) y Enric Catá (1878-1937). Este edificio supone un triunfo tardío de la arquitectura "Beaux Arts" que contrasta enormemente con el Pabellón Alemán construido por Mies Van der Rohe para la misma exposición.
Iglesia del Espíritu Santo, Madrid (1942). Arquitecto: Miguel Fisac (1913-2006). Su acceso se realiza a través de una sencilla puerta sacada del Libro I de Palladio.
Ministerio del Aire, Madrid (1942-1951). Arquitecto. Luis Gutiérrez Soto (1900-1977). Este edificio está inspirado directamente en El Escorial y es un claro ejemplo del "estilo imperial" promovido durante la primera etapa de la arquitectura franquista.
Universidad Laboral, Gijón (1946-1956). Arquitecto: Luis Moya Blanco (1904-1990). Planta general con el Atrio Corintio destacado en rojo.
Universidad Laboral, Gijón (1946-1956). Arquitecto: Luis Moya Blanco (1904-1990). Planta y sección longitudinal del Atrio Corintio.
Universidad Laboral, Gijón (1946-1956). Arquitecto: Luis Moya Blanco (1904-1990). Atrio Corintio.
Planta y sección longitudinal del Atrio corintio y Patio del Convento de la Caridad de Venecia, descrito por Palladio en el Libro II, Capítulo VI e ilustrado en la lámina XXI (ilustración de la edición inglesa de 1738).
Detalle del Atrio Corintio del Convento de la Caridad de Venecia, descrito por Palladio en el Libro II, Capítulo VI e ilustrado en la lámina XXII (ilustración de la edición inglesa de 1738).
Con la llegada de la posmodernidad a España algunos arquitectos del norte del país retomarán conscientemente la influencia palladiana en sus obras, si bien los resultados no siempre son literales y es necesario buscar a Palladio dentro de las complejas filosofías proyectuales con los que estos arquitectos pretendían enmascarar su clasicismo. Entre las restauraciones cabría citar la de la Iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco, de Jose Ignacio Linasazoro; y la Ermita de Tudela de Duero (C. Aizpurúa y J. C. Armuncio). Entre los escasos ejemplos en edificios de nueva planta está el Convento de Zaratón (S. Mata); la Sala de Cortes del Castillo de Fuensaldaña (P. González y E. de Teresa); y el conjunto formado por la Casa de la Cultura y Fuente Pública de Segura (Vizcaya), del arquitecto J. I. Linasazoro, donde fusiona el clasicismo castellano con el cortesano y escandinavo. Estas obras serán incluidas por Robert A. M. Stern dentro del denominado clasicismo fundamentalista en su libro “Clasicismo Moderno”.
Rafael Manzano Martos (n. 1936) y Fernando Chueca Goitia (1911-2004). Proyecto de ampliación del Museo del Prado, 1972. Sección por la reconstrucción de la Gran Sala Basilical proyectada por Juan de Villanueva y el "tholos".
Rafael Manzano Martos (n.1936) y Fernando Chueca Goitia (1911-2004). Proyecto de ampliación del Museo del Prado, 1972. Fachada trasera.
Pabellón y jardín en Segura, Guipuzcoa (1983-1985). Arq. Jose Ignacio Linazasoro (n. 1947). Planta y vista general.
A pesar de todo, a través de la recuperación de las raíces herrerianas de la arquitectura clásica española, podemos apreciar la influencia de Palladio, sin cuyo proyecto de El Escorial este edificio y su arquitecto Juan de Herrera no habrían podido lograr el propósito del Rey Felipe II, que no era otro que construir una obra que sobrepasara las maravillas de la Antigüedad.
Contraportada de la edición española de 1754 del "Compendio de los diez libros de arquitectura de Vitruvio" de Claude Perrault.
Conferencia pronunciada en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 11 de Junio de 2011.
Autor: Pablo Álvarez Funes
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