La dinastía Fatimí debe su nombre a Fátima, hija de Mahoma y casada con el tercer califa Alí (y por tanto de profesión chií), si bien fue fundada por un dirigente local de Argelia, que proclamó su parentesco con el profeta y se rebeló contra los Abasíes, constituyendo un poderoso imperio que ocupó todo el norte de África.
Máxima extensión del califato fatimí, h. 969
Este periodo resulta notable en la historia de los países islámicos del Mediterráneo y Sicilia. De sus construcciones arquitectónicas permanecen algunos ejemplos como testimonio de su gloria pasada: en el Magreb central, la Qal'a de los Bani Hammad y la mezquita de Mahdía; en Sicilia, la Cuba y la Zisa en Palermo, construidas por artesanos fatimíes bajo el reinado del rey normando Guillermo II; en El Cairo, la mezquita de al-Azar es el ejemplo más prominente de la arquitectura fatimí egipcia.
Qal'a de los Bani Hammad, Argelia, 1007. Planta general
Qal'a de los Bani Hammad, Argelia, 1007. Planta del Palacio.
Qal'a de los Bani Hammad, Argelia, 1007. Alminar de la mezquita.
Palacio de la Cuba, Palermo (Sicilia, Italia). 1180
Palacio de la Zisa, Palermo (Sicilia, Italia), 1165
Mezquita de Al-Azar, El Cairo (Egipto), 972. Vista del Patio hacia los minaretes.
Mezquita de Al-Azar, El Cairo (Egipto), 972. Vista del Patio desde los minaretes.
Lectura impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 26 de Enero de 2011.
Autor: Pablo Álvarez Funes
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